La Sangre Azul, porra principal del Cruz Azul, se presentó esta tarde al hotel de concentración y escoltó a La Máquina hasta al Estadio Azteca .
Los fanáticos —portando cubrebocas y algunos también con caretas— cantaron y alentaron a los celestes, quienes hoy reciben al FC Juárez en el Coloso de Santa Úrsula.
Fue la primera vez que el grupo se reunió para apoyar a su equipo en cinco meses, a pesar de que todavía no puede ingresar a los recintos por la pandemia de Covid-19 .
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La porra llegó alrededor de las 16:00 horas al inmueble donde los celestes se hospedan cada 15 días y por más de 60 minutos esperaron la salida de los jugadores. Al verlos, arrancaron los cánticos, brincos y tambores, como si estuvieran ya en las inmediaciones del estadio. A unos metros de distancia, los cementeros, mientras abordaban a los transportes, saludaron a los seguidores, unos más expresivos que otros.
Los líderes del sector coordinaron la ruta con miembros de la directiva para seguir a los dos autobuses del equipo. Del Hotel Royal Pedregal al Azteca es una distancia de 5 kilómetros y, sin tránsito, un trayecto aproximado de ocho minutos.
Diez automóviles y tres motocicletas con aficionados escoltaron por el Periférico a La Máquina, con claxonazos y humo azul.
Otra docena de fanáticos ya esperaban al equipo en la Puerta 3 del Estadio Azteca. Después del ingreso del transporte celeste, la porra continuó con los cánticos, brincos y tambores, bajo observación de elementos de Seguridad Ciudadana.
Antes de las 18:00 horas, la Sangre Azul dejó de cantar, capturó la fotografía del recuerdo y se separó, ya que tenían poco más de 60 minutos para llegar a sus respectivas casas y ver el partido de La Máquina frente a los Bravos.