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Acumular tres torneos consecutivos sin clasificar a la Liguilla puede representar mucho más que una filosa daga en el orgullo del Guadalajara. El año que entra podría estar otra vez en problemas de descenso, lo que —de entrada—, le significaría un fuerte gasto.

Es el pago que el Guadalajara tendría que desembolsar al término del ciclo 2019-20 si mantiene la tendencia que manifiesta.

Pese al buen arranque, esas 63 unidades apenas les permitirían ubicarse un sitio antes del antepenúltimo en la próxima tabla de cocientes, por encima del Querétaro, en teoría del Veracruz, que aparentemente acabará sotanero este ciclo y deberá pagar los 120 millones de pesos, y el club que ascienda, siempre y cuando sea certificado. En caso de que alguna de estas situaciones no se dé, será antepenúltimo, e iniciaría penúltimo si las dos no se presentan y la siguiente campaña se juega sólo con 17 equipos. Los Gallos Blancos, por ahora, son su única tabla de salvación, pero podría esfumarse. En este momento, en la hipotética clasificación de cocientes para el ciclo 2019-20, el Rebaño Sagrado sólo tiene tres unidades más que los dirigidos por Rafael Puente.

Diminuto colchón que deben a su buen inicio del actual torneo, pero estarán en serios líos si no clasifican otra vez.

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