En julio del 2000, se daba uno de los fichajes más polémicos en la historia del futbol de España y quizá del mundo.

El portugués Luis Figo , considerado el mejor jugador del mundo en ese momentos, pasaba del Barcelona al Real Madrid . Florentino Pérez, presidente de los merengues, lo había firmado por 62 millones de euros, que serían alrededor 91 millones de dólares actuales.

Tres meses después, el 21 de octubre, hace 20 años, Figo pisaba la cancha que lo había hecho famoso, el Nou Camp de Barcelona .

“No me siento como un Judas ni como un traidor", dijo días antes del juego, porque sabía lo que le esperaba, pero no con tal magnitud.

Cuando el Madrid llegó a su hotel en la ciudad condal, el autobús fue recibido con proyectiles; en el estadio, en cuanto apareció el 10, los decibeles aumentaron, y éste se tapó los oídos discretamente.

Ya en el juego, Figo no apareció, no estuvo, no jugó a pesar de que estaba en la alineación. “Lo marcamos entre el público y yo”, dijo Charles Puyol en declaraciones que recogió el diario español Marca.

En las gradas, pancartas de todo tipo:

“Rivaldo, te queremos; Figo, jódete”.

“Figo, llorón; eres un pu… blanko”.

“Figo, traidor”.

“Figo, pesetero”.

El juego lo ganó el Barcelona 2-0 y Figo, así como llegó, se fue pitado.

Años después vendría la cabeza de cochino que le arrojaron al portugués cuando se acercó a cobrar un tiro de esquina, porque en esa primera vez que pisó el Nou Camp, hace 20 años, no se atrevió.

Y el público lo pitó.

 

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