El amor por la lucha libre comenzó gracias a su abuela, quien veía las funciones —por televisión— cada fin de semana. A los 16 años de edad, conoció la lucha estadounidense y se dio cuenta de lo que el deporte-espectáculo generaba en el público; al mismo tiempo, ella iba descubriendo su orientación sexual.

Durante la transición de género, se dio cuenta de que quería ser una mujer transexual diferente. Su gusto por el deporte y su admiración por la luchadora Sexy Star la llevaron a los encordados, donde —más allá de los rivales que le ponen en una cartelera— también se ha enfrentado a la discriminación.

La luchadora Estrella Divina contó, en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes, su batalla constante ante el rechazo por ser transexual: “Día a día, en la lucha libre me enfrento a la discriminación, al rechazo, la presión social. Llego vestida de chica, voy al vestuario de chicas, y ha habido gente que me ha querido sacar. Me dicen: ‘Tú no vas ahí, porque eres un cab...’ y son cosas emocionalmente muy fuertes. Hay mucha gente que aún tiene muchos prejuicios”.

La Cara Bonita de la Lucha Libre se siente orgullosa por ser la primera luchadora transgénero en México y ser inspiración para muchas que están pasando por lo que ella vivió: “La lucha libre es bastante incluyente, porque es de los pocos deportes donde puedes ver mujeres, minis, exóticos, chaparritos... Enfrentarse y darse con todo. Aún falta que haya apertura a nuevos temas, como la comunidad trans; que esa gente venga y no vea un deporte de machos”.

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