Irónicamente, el infierno no pasó la prueba de fuego. Al menos no en las gradas.

Pasó la emoción provocada por las inauguraciones -amistosa y oficial- del estadio Alfredo Harp Helú , que recibió esta noche su primer juego “de mortales”.

Aunque la entrada mejoró conforme avanzaban sus homónimas, hoy el “ Vamos Diablos ” no retumbó con la fuerza de las pasadas semanas.

“Algunos preferimos que no esté tan lleno, venir a estos juegos, porque es cuando estamos los de años, la verdadera familia escarlata”, dijo Gonzalo Herrera , aficionado al México .

Y es cierto, hoy se reunieron de nueva cuenta los que gozaron en el Parque del Seguro, en el Foro Sol y en el Fray Nano, entre algunos más que se han enamorado de la estructura o deseaban conocer el AHH .

Pero por pobre que pareciera la entrada, no lo fue tanto si se toma en cuenta que era martes y el rival era Campeche , un equipo no muy popular en la capital.

Jesús García, quien dice lleva más de 40 años apoyando a La Pandilla , comentó que no recuerda “más de ocho o nueve mil personas viniendo a ver a los Piratas , como hoy”.

Aunque se especulaba que los charoleros no desfilarían por el averno debido a la baja expectativa de consumo, el grito de “¡chelas!” se hizo presente una y otra vez, como si fuera viernes. Y claro que se les cumplieron sus anhelos.

La música, hoy más retro (como los presentes), “los de cochina” y los nuevos “jochos” no faltaron a la cita para ambientar un infierno que hoy tuvo tintes de purgatorio.

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