Para Nicolas Baretzki, CEO de Montblanc desde abril de 2017, la fórmula del éxito de la casa de la estrella no responde sólo a un motivo. “Hay como 20 o 30 razones para que crezcamos”, aseguró en una entrevista con Tiempo de Relojes en el Salón Internacional de la Alta Relojería (SIHH) de Ginebra. “Tenemos una conciencia de marca fuerte, un emblema también fuerte, una gran contenido artesanal, una red sólida de 275 boutiques… Además hemos estado muy activos en la creación de nuevos productos, invertimos mucho en innovación y tenemos un gran equipo”.

El área relojera de la firma se ha visto beneficiada por estos factores. Los 85 mil guardatiempos que produce en sus fábricas suizas de Minerva y Le Locle representan 28% del negocio con ingresos de alrededor de 250 millones de euros del total de 950 millones en 2017, según el banco de inversión suizo Vontobel.

El año pasado, Montblanc contribuyó con 8.6% de las ventas de Grupo Richemont, al que pertenece con otros casas de lujo como Cartier, y creció alrededor de 4.4%. Vontobel pronostica números positivos para la firma en 2018: 3.2% de crecimiento e ingresos por 980 millones de euros.

Sus grandes apuestas para los meses siguientes, lanzadas en el SIHH, son la colección 1858 con una marcada inspiración vintage basada en el legado de la manufactura Minerva y la remodelada línea Star Legacy, su best-seller que cumple 20 años.

La estrategia de la marca desde que Jérôme Lambert, el anterior CEO, se hizo cargo de ella en 2013 se basa en el desarrollo de piezas con un alto contenido mecánico y estético a precios más asequibles. Su objetivo es aumentar el valor percibido.

“El cliente de hoy quiere un gran mecanismo y diseño”, dijo Baretzki. “La línea 1858 es única, con frescura y estatus. Además hay un gran valor a cambio del dinero que pagan los clientes. Es una experiencia completa de Montblanc”.

La firma es la única de Richemont y una de las contadas en la industria relojera suiza en haberse aventurado con un smartwatch, el Summit de 2017. También ha desarrollado otros productos con tecnología Augmented Paper y Screen Writer.

“Creo que en los próximos cinco a diez años, los relojes conectados serán un componente importante en la vida de todos”, aseveró Baretzki. “Por salud o por seguridad, en menos una década si no cargas con algo que mida tu ritmo cardiaco, tu seguro médico será más caro porque no van a poder conocer o controlar tu estado físico. Estos objetos serán una parte esencial de nuestra vida. En este contexto, no puedo imaginarme que no haya un segmento de lujo. Y Montblanc es la casa perfecta para convertirse en el líder de ese segmento”.

Baretzki no teme la competencia de Apple. “Yo hablo de lujo, no de volumen. Por eso no importa lo que haga Apple. Hay millones de plumas que se venden todos los días y sólo unas cuantas son productos Montblanc. Para mí, el smartwatch es el primer paso importante para muchos pasos exitosos”.

Con su experiencia en la fabricación de productos de piel, gracias a su Pelletteria en Florencia, Italia, este semestre la casa empezará a vender correas para relojes de forma separada, para que se puedan usar con modelos que incluso no sean suyos.

Para afrontar frentes tan diversos, Montblanc se ha enfocado en contratar embajadores que transmitan su esencia. El más conocido es el actor australiano Hugh Jackman y el más nuevo es el joven artista chino Yang Yang. Este último fue presentado en enero y su fichaje muestra la importancia que la firma da a dos factores: el mercado asiático y “la autoexpresión e individualización de los millennials”, según el CEO.

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