Una investigación de Arizona State University (ASU), realizada en conjunto con Radboud University Nijmegen de Países Bajos y publicada en el Journal of Psychopathology and Clinical Science, encontró que los adolescentes que suelen hablar sobre drogas con sus amigos tienen más probabilidades de abusar de estas sustancias en el futuro.

Thao Ha, profesora asistente de Psicología en ASU, comentó que “la forma en la que los adolescentes hablan entre sí establece estándares o normas que pueden predecir el comportamiento futuro”. La experta señaló, que el resultado del estudio “muestra que las conversaciones positivas sobre las drogas y el alcohol, acerca de lo ‘divertido’ que es consumir cannabis o beber, la admiración hacia otros menores que consumen, o hablar sobre sitios en los que se puede beber”, podrían predecir que un joven puede ser diagnosticado con un trastorno por uso de sustancias 10 años después.

La investigación utilizó datos de un estudio a largo plazo que probó la efectividad del Family Check-Up, que es una estrategia basada en evidencia diseñada para mejorar la vida de los niños al apoyar y educar a las personas que los cuidan. Este conjunto de datos se basó en una evaluación de amplio alcance del entorno de un adolescente e incluyó la evaluación de las relaciones de un adolescente con sus amigos.

El equipo de investigación analizó conversaciones de 10 minutos entre 497 parejas de amigos de 17 años. Hicieron un registro de cómo los adolescentes hablaban sobre el alcohol, el cannabis o las drogas duras, incluso si la conversación era positiva o negativa sobre las drogas y el alcohol, y también cuánto tiempo hablaban sobre eso. Luego, el equipo evaluó si esas conversaciones estaban relacionadas con que los menores fueran diagnosticados con un trastorno por uso de sustancias en los siguientes 10 años.

De acuerdo con el estudio, puede predecirse que una persona que habla sobre el consumo de alcohol a los 17 años podría ser diagnosticada con un trastorno de alcoholismo a los 27; lo mismo con el consumo de cannabis.

Por otro lado, la investigación encontró que hablar de drogas duras a los 17 años se relaciona débilmente con un consumo futuro, hallazgo que podría deberse a que la tasa de consumo de estas sustancias es menor que la del alcohol y el cannabis.

“Este estudio muestra cuán importante es escuchar y observar lo que los adolescentes tienen que decir (…) lo que hablan es importante para ellos y predice comportamientos posteriores”, dijo Roy Otten, profesor de Psicología en la Radboud University Nijmegen.

Los amigos sí influyen

El cerebro adolescente se encuentra todavía en desarrollo, por lo que es susceptible a la adicción y está especialmente sintonizado con la información social, como lo que es importante para los individuos a su alrededor. Las interacciones con los compañeros pueden llevar a los adolescentes a pensar que el consumo de drogas o alcohol es benigno, al mismo tiempo que los conecta con grupos de compañeros que respaldan el consumo de estas sustancias.

“Estos tipos de interacciones entre pares pueden crear un efecto de cascada, pueden iniciar un proceso en movimiento que luego conduce a otros, lo que resulta en comportamientos en la adolescencia que aumentan el riesgo de problemas posteriores con el consumo de alcohol o drogas”, señaló Roy Otten.


Falta ahondar en las redes sociales

Las conversaciones en las que se basó la investigación se grabaron en video en un momento en el que el uso de las redes sociales no era tan frecuente como lo es ahora, por lo que Thao Ha advirtió que la relación entre el consumo de drogas y la interacción de los adolescentes en redes sociales apenas inicia, y se necesita más investigación.

“Creemos que el mundo de las redes sociales digitales podría crear una influencia entre pares aún mayor que las conversaciones con un amigo. Las redes sociales son muy públicas” y están disponibles todo el tiempo, señaló la experta de ASU.

cg

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