Los humanos siempre soñamos con el futuro, lo vemos reflejado en varias obras cinematográficas y literarias, principalmente de , en donde la visión de un mundo rodeado de máquinas y las interacciones que podemos tener con ellas son, en gran medida, lo que más nos atrae. En la actualidad presenciamos avances tecnológicos que hace algunos años eran difíciles de imaginar, los que nos lleva a pensar que estamos más cerca de alcanzar estos sueños y hasta convertirnos en amigos de los robots.

La soledad es uno de los sentimientos al que más se le tiene miedo, la idea de quedarnos solos es algo que puede deprimirnos y más en estos tiempos de aislamiento, por eso interactuar con personas es algo fundamental para los seres humanos , pero, ¿te imaginas interactuar con una máquina ?

La idea de entablar amistad e interactuar con algo que no sea un ser vivo no es nuevo, de hecho llevamos tiempo haciéndolo, los dispositivos que integran asistentes virtuales se encuentran prácticamente en todos los y, de alguna manera, sentimos afecto hacia estos.

De acuerdo con un estudio publicado en iScience , existen “ robots sociales ” que incorporan elementos de inteligencia computacional , lo que les permite interactuar de forma autónoma, muy ligado a la inteligencia artificial (IA). Con estos robots podemos entablar un vínculo emocional , lo que lleva al debate sobre los problemas que esto podría ocasionar.

La idea de tener un amigo puede parecer atractiva, pero existen preocupaciones en el ámbito de la ética social . Los investigadores plantean que podría existir un abandono de las amistades humanas a favor de las máquinas al buscar la “amistad perfecta”, algo que no existe.

Los robots sí pueden ser amigos de los humanos
Los robots sí pueden ser amigos de los humanos

Riesgos

El riesgo de querer interactuar con una máquina sobre un ser vivo es lo que más opiniones genera, al preferir socializar de manera más fácil por la naturaleza no desafiante de las amistades artificiales , lo que puede alterar la capacidad de inversión emocional hacia la sociedad.

Por otra parte, la convivencia con robots puede ser benéfica en algunos casos, por ejemplo, el uso de robots sociales como herramientas terapéuticas se plantea con un impacto positivo en el uso de las máquinas para socializar con personas que estén en alguna terapia, así como en casos de compañía o cuidado en el hogar.

Los investigadores descubrieron que los robots pueden actuar como compañeros para reducir el y, en general, la soledad, siempre que no se limite a reemplazar la interacción con otros seres vivos.

Puede parecer que solo se puede entablar un vínculo emocional con algo que tenga capacidad de razonamiento, como la inteligencia artificial, pero no tenemos que ir al futuro para ver cómo nos relacionamos con las máquinas. En la actualidad muchas personas ya desarrollan afecto hacia los dispositivos comunes, ya sea un celular o incluso una aspiradora a la que le dieron nombre, por lo que no habrá que esperar mucho para saber cómo evolucionarán estas relaciones.

Sin embargo, un grupo de investigadores del Reino Unido que desarrolló un conjunto de " principios éticos de la robótica ", advierten que comercializar robots con capacidades sociales es deshonesto y debe tratarse con precaución y hasta alarma. Y señalaron que desperdiciar energía emocional en entidades que solo pueden simular emociones siempre será menos gratificante que formar vínculos de persona a persona.

El caso de los perros robot Aibo

La relación entre una mascota y su dueño es algo que no se puede reemplazar con una máquina, o eso creíamos. Entre 1999 y 2006, Sony fabricó robots en forma de perros llamados “ Aibo ”, estos acompañantes eran tan queridos como si fueran mascotas reales.

Cuando las refacciones para las composturas de algún desperfecto en estas mascotas robóticas se dejaron de fabricar, surgió un peculiar acontecimiento. En Japón comenzaron a cremar y efectuar una ceremonia para , en esta ceremonia se colocó una estantería con el nombre de cada uno de los robots y su lugar de origen.

Este caso deja en claro que los vínculos entre máquinas y humanos ya comienza a verse con claridad, habrá que esperar la llegada de dispositivos que integren inteligencia artificial para ver un panorama más cercano hacia estas emociones.

Los robots sí pueden ser amigos de los humanos
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