Después del mediodía llegaron Los Amigos del Señor, abrieron sus Biblias y empezaron a orar por las víctimas del colegio Enrique Rébsamen. Ni quién hiciera caso, había que rescatar a “Frida Sofía”, aunque la madre de uno de los alumnos, la señora Luz, decía a una multitud de periodistas de México y el mundo, “váyanse, entiendan que esta es una tragedia de nosotros”. Y remataba: “[‘Frida Sofía’] no existe en el registro de la escuela”.