Historias de hombres, mujeres, niños, adultos mayores o nonatos quedan compactadas a un número y unas cuantas líneas que describen su posible edad y las causas de su muerte. Luego, los cuerpos son enviados a alguna institución científica, para que futuros profesionistas aprendan, o a la fosa común del Panteón Civil de Dolores, la más grande de América Latina