Se habla de un “choque” entre los criminales y fuerzas federales, pero el inequitativo saldo de muertos nos obliga a revisar la posibilidad de que la mayoría de los llamados “delincuentes” no tuvieran arma alguna y en vez de haber sido detenidos y sometidos al juicio correspondiente respetando sus derechos humanos, hayan sido asesinados sin posibilidad de defensa