La reclusión por el Covid-19 le ha dado la oportunidad a algunos fans de la televisión fantástica de épocas pasadas, de revisitar series todavía tan increíbles como La dimensión desconocida, de Rod Serling, o los 47 episodios de Rumbo a lo desconocido, de Joseph Stefano y Leslie Stevens. Y, desde luego, toda la mitología que gira al rededor de su heredera: los Expedientes Secretos X.

Se destapa una de las tantas cajas de Pandora del rock: tres nuevos temas de los a punto de la tumba, Rolling Stones, son dados a conocer, como preámbulo a su, ahora sí, última gira, a menos que el diablo disponga otra cosa.

Mucho antes de que estallara la pandemia, en la red mayor de cuchicheos, los rumores institucionales y las noticias falsas, Facebook, comenzaron las nominaciones, los desafíos, las provocaciones, los retos y demás formas de probar erudición en el mundo que muchos llaman la “sabiduría inútil” del rock.

Al padre del arquetipo moderno del zombi, el neoyorquino George A. Romero, se deben los modelos clásicos de los muertos que caminan. Su trilogía de la muerte: La noche de los muertos vivientes (1968), El Alba de los muertos (1978) y El día de los muertos (1985), se complementa con Land of the dead (2005), El diario de los muertos (2007) y la última entrega de la saga: Sobrevivientes de la muerte (2009).