En los años 60 nuevos personajes aparecieron en la Ciudad de México con ropa de colores, jorongos, huaraches y sombreros, la Revista Claudia los llamó en aquel entonces la “rebelión de los niños fresas mexicanos”. Algunos eran jóvenes de familias acomodadas y otros “una dulce bofetada sobre la conciencia de la burguesía”. Renunciaban a todo para llevar una vida psicodélica, ser felices, amar al próximo y a la naturaleza. Hoy te contamos sobre ellos