El solo hecho de que el gobierno o quien lo represente esté integrado por políticos es ya un factor en contra, genera desconfianza per se , no importa el color, el partido o la ideología que defienda o represente, la sociedad no confía en los políticos.

Hoy en día una de las palabras más usadas en el lenguaje cotidiano de los mexicanos, desgraciadamente es “corrupción” y todas las que de ella se derivan; todos acusan a todos de ser corruptos , no ha sido de a gratis, pero se da ya por hecho que todo aquel que trabaje en o para el gobierno practica la corrupción.

Es ya una condición del adulto mexicano, afortunadamente no así de nuestros jóvenes y niños, pero poco a poco nos encargamos de meterles en la cabeza que así son las cosas en nuestro país ; los saturamos de aseveraciones y señalamientos de que todos los políticos son unos corruptos; los policías son corruptos; la señora de la ventanilla de cualquier trámite es corrupta; si quieres ser gobernante necesitas ser corrupto; el vecino, los taxistas, el del agua, la luz, todos, absolutamente todos son corruptos.

Con todo lo anterior, simplemente le damos en la madre a la confianza con la que deberían de crecer los niños y los jóvenes de nuestro país.

Ya lo dije antes; no ha sido de a gratis, a pulso y gobierno tras gobierno se ha incrementado la desconfianza y lo peor es que hoy en día se da en ambos sentidos, ni la sociedad confía en el gobierno, ni el gobierno confía en la sociedad, por un lado, cualquier acción emprendida es tomada con toda reserva y recelo y por el otro, todo lo que si diga o manifieste es descalificado en automático y clasificado como oponente al régimen.

Trabajar o convivir con desconfianza es difícil, desgastante y en algún momento inhibe por completo el poder seguir adelante con los planes, con el crecimiento y se pierden de vista la objetividad y las metas.

En México tenemos para temas específicos; facilitadores, intermediarios o árbitros si se les quiere llamar de algún modo, a nivel federal están el INE, la CNDH y el Inai por citar algunos ejemplos con sus respectivas instituciones a nivel local. Son instituciones de las y los mexicanos y del Estado (que no es lo mismo que gobierno) y que trabajan para fortalecer la democracia. Tanto gobierno como sociedad deben respetar su autonomía y darles credibilidad, nos han costado años de esfuerzo y sus resultados son tangibles, además, son un camino seguro para generar confianza y con ello poder llegar a puerto seguro, por el contrario, al descalificar su trabajo o poner en duda su razón de ser, se corre el riesgo de polarizar y querer medir fuerzas entre dos bandos en lugar de trabajar en equipo.

La responsabilidad de combatir la desconfianza es de TODOS.

Te invito a compartir, hagamos todos los días algo por terminar con este cáncer que está matando a nuestra sociedad.

@dgcv1968

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