La muerte de Emiliano -un niño de 12 años, en Paraíso, Tabasco- dejó al descubierto las serias deficiencias gubernamentales. Su asesinato, se suma a las más de 83 personas que, en promedio, matan diariamente en nuestro país; probablemente, también se sume a los 89 de cada 100 casos que quedan impunes; además de que evidencia el abandono al sistema de salud.

Mientras esperaba a su mamá, Emiliano pidió permiso a su abuelita para salir un momento de la casa, fue ahí cuando intentaron secuestrarlo y por resistirse, recibió, al menos, tres impactos de bala en el abdomen. Eso dicen los testigos, porque la autoridad ministerial no ha sido capaz de determinar una línea de investigación certera y peor aún, lo han revictimizado.

Es inadmisible que un niño pierda la vida porque el Estado ha sido incapaz de brindarle seguridad y acceso a los servicios de salud. La realidad es que Emiliano murió por culpa de la negligencia gubernamental, ya que tanto en el ámbito federal como local en Tabasco, han sido indolentes ante la violencia y ante la falta de insumos médicos para atender enfermos, o como en el caso de Emiliano, baleados.

Que ayer en la conferencia de Palacio Nacional, López Obrador haya dicho, con referencia al caso de Emiliano que, como “estamos en temporada electoral y todo lo que sea para perjudicarme a mí, magnifican todo lo relacionado con violencia”, es el rostro más desalmado —según la RAE cruel o inhumano- del titular del Ejecutivo federal. López Obrador ante el asesinato de un niño, piensa que la víctima es él.

Las palabras de la mamá de Emiliano es lo que piensan millones de mexicanos de López Obrador: “se le salió de las manos la delincuencia”. Porque es cierto, este gobierno es el que más asesinatos ha tenido, el que más extorsiones ha reportado, el que más desaparecidos ha contabilizado.

La inseguridad rapaz y los abrazos a los delincuentes deben cesar. México no merece que más niños, que más mujeres y hombres mueran porque los hospitales no tuvieron equipo médico para salvarles la vida o porque salir de sus casas es un riesgo constante.

México lo que necesita es verdad, vida y libertad. Verdad, para saber qué ocurrió con Emiliano, hacer justicia y que los responsables paguen por su delito. Vida, para que ninguna otra persona muera a consecuencia de la brutal inseguridad por la que atraviesa el país. Libertad, para que los niños puedan salir a la calle, caminar, jugar y divertirse sin tener que ser víctimas de la delincuencia.

Mis oraciones con la familia de Emiliano.

El pilón:

Siempre defenderé la autonomía del Poder Judicial, sin embargo, lo que ha ocurrido este miércoles en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México es inadmisible, ya que invadieron la competencia del Tribunal Electoral para intentar silenciar a la oposición y que no se hable de la tragedia de la Línea 12.

La culpabilidad de Claudia Sheinbaum no se la va a quitar nadie, la tragedia fue por su negligencia y su incapacidad de darle mantenimiento al Metro.

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