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El Partido Revolucionario Institucional (PRI) está a cuatro días de elegir a su próximo dirigente nacional, con quien el tricolor será la oposición al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Al PRI se le siente herido y tratando de resurgir de sus cenizas, de regresar de aquel lejano tercer lugar de 2018... pero atrás quedaron los miles de militantes con banderas, chamarras y chalecos rojos en su sede nacional.

Anoche, quienes buscan ser el líder priista que genere contrapeso a López Obrador debatieron durante casi 90 minutos. Alejandro Alito Moreno, Ivonne Ortega y Lorena Piñón evidenciaron la división interna en el priismo, se acusaron de corrupción, de mentirosos, de obtener propiedades ilegalmente y de haber fracasado co-mo gobernadores.

Además, durante el enfrentamiento resultaron seis preguntas sembradas para “atacar o favorecer” a alguno de los candidatos. También de la nada hubo una mujer improvisada que, con paleta de dulce en mano, le gritó a Moreno “corrupto”. Incluso, el debate sirvió para que Alito y Piñón enfocaran sus baterías contra Ortega.

Desde su primera intervención la exgobernadora de Yucatán se volteó completamente para ver de frente a Alito y le lanzó su primer ataque: le dijo que era el candidato de la cúpula, la cual secuestró al partido y lo llevó a la peor derrota de su historia.

Ortega Pacheco le pidió explicar su “Casa Blanca” de 46 millones de pesos y por qué el Coneval, en su último informe, dio a conocer que en Campeche hubo 31 mil nuevos pobres y 35 mil empleos perdidos, así como un presunto incremento en inseguridad.

Moreno evitó el choque. Se sentó, agachó la cabeza y comenzó a revisar sus anotaciones una a una, como si Ortega no existiera, pese a que casi le hablaba al oído.

Alito hablaba de su proyecto, de los jóvenes, y afirmaba un fracaso del gobierno de López Obrador. Al finalizar una de sus exposiciones desde el público una mujer se levantó y gritó: “¡Alejandro es un corrupto!”. Alguien salió en defensa del mandatario con licencia y pidió “respeto”, y otros exigieron que la sacaran del auditorio Plutarco Elías Calles: “¡Fuera, fuera, fuera!”, se armó el coro.

La mujer, con una paleta en la mano, respondió que iba sola y dijo que ella conocía perfectamente a Alejandro; “nada más lo estoy describiendo”, atajó.

Fue tanto el alboroto que los moderadores Elisa Alanís y Hugo Concha pidieron respeto a los asistentes. Moreno tomó aire, se puso de pie y le respondió a Ortega hasta el minuto 36, y le dijo que mentía porque Yucatán no es un país, es un estado, e Ivonne con una sonrisa aceptó la pifia.

Luego, Alito le dijo que Yucatán no es el estado más seguro, pues en las últimas cifras de seguridad Campeche es la entidad con el menor índice delictivo por cada 100 mil habitantes, y le reviró que ella es la que genera la división.

Lorena Piñón también arremetió contra Ortega y la acusó de no conocer el Código Penal Federal por haberla denunciado por difamación y calumnias, y agregó que esos delitos ya fueron derogados desde 2007 y abandonó su lugar para regalarle este texto, el cual Ivonne aceptó.

En el debate, los asistentes tuvieron la oportunidad de redactar preguntas y colocarlas en una urna, sin embargo, los moderadores anularon cuatro de ellas que iban dirigidas a que Alito explicará el aumento de pobres en su entidad.

En fin, fue el día en el que los priistas trataron de convencer a su militancia para que el próximo domingo voten por ellos. Los tricolores quieren renacer... pero hoy están divididos.

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