Este lunes 1 de febrero fue diferente en la Cámara de Diputados.

Esta vez no hubo trajes impecables con zapatos bien boleados ni vestidos de etiqueta para lucir sus mejores galas en la sesión de Congreso General de cara al último periodo ordinario de sesiones de la 64 Legislatura.

El pleno de la Cámara de Diputados estuvo vacío, sólo con una veintena de legisladores que integran las Mesas Directivas del Senado de la República y el Palacio Legis-lativo de San Lázaro.

No hubo saludos ni abrazos ni besos, ni tampoco las 628 curules que se colocan en el pleno de la Cámara de Diputados para que se sienten los 500 diputados federales y los 128 senadores de la República para desahogar la sesión de Congreso General.

Pero sí hubo sana distancia, cubrebocas, acrílicos para evitar el contacto entre legisladores y pantallas, en donde a través de pequeños cuadros se les veía el rostro a los legisladores presentes.

Así como cada sesión de Congreso General es importante porque da paso a un periodo intenso de aprobación de reformas, hoy la pandemia también hizo historia, pues provocó que fuera la primera vez que se instala un periodo ordinario de sesiones de manera virtual, a pesar de que la Constitución no lo permite.

Aunque este tipo de ceremonias es muy breve y en esta ocasión duró apenas seis minutos, se sintió la nostalgia por los símbolos patrios. El no estar ahí para ver las dos enormes banderas tricolores que imponen en el pleno de la Cámara de Diputados o el que no se escuchara a los diputados y senadores entonar a todo pulmón el Himno Nacional. Este round lo ganó el Covid.

La secretaria senadora Verónica Delgadillo (MC) informó que estaban presentes de manera virtual 100 senadores. La secretaria diputada María Guadalupe Díaz Avilez (Morena) informó que había 361 diputados presentes telemáticamente.

En las pantallas se podían ver a los legisladores en pequeños recuadros interactuando, saludando y mandando abrazos virtuales. Cuando la presidenta del Congreso de la Unión, Dulce María Sauri (PRI), inició la sesión de Congreso General al haber quorum. La secretaria Díaz Avilez pidió a los presentes ponerse de pie para entonar el Himno Nacional.

En este contexto, se dio cuenta a la asamblea de que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, enviaba una iniciativa preferente para modificar la Ley de la Industria Eléctrica, la cual deberá ser analizada y aprobada en un plazo máximo de dos meses.

Se aprobó el acta de la sesión de Congreso General en su modalidad a distancia y ningún legislador hizo uso de la palabra y la sesión se levantó con el repique de la campana que emitió Dulce María Sauri.

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