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En México se tiene, en promedio, un retraso que va desde siete meses a más de dos años para que un paciente pueda iniciar el tratamiento contra el cáncer, por lo que se requiere de mayor profesionalización en los médicos en el primer nivel de atención médica, afirmó Abelardo Meneses García, director general del Instituto Nacional de Cancerología (Incan).

En entrevista con EL UNIVERSAL durante la Cuarta Reunión Anual del Colegio Mexicano para la Investigación del Cáncer, Meneses García destacó que los estándares internacionales señalan que el promedio de tiempo que debe pasar entre la primera vez que el paciente acude para el diagnóstico y que se empiece el tratamiento es de un mes o mes y medio, pero en México este periodo es de 7 meses y en algunas instituciones llega a dos años.

Resaltó que uno de los mayores retos en el tratamiento contra el cáncer es el diagnóstico oportuno de la enfermedad, porque siete de cada diez pacientes es diagnosticado en etapas avanzadas, por lo que se requiere de una mayor profesionalización de los médicos en el cáncer para que desde el primer nivel de atención se pueda diagnosticar.

El director general del Incan señaló que cuando un paciente llega a un hospital de alta especialidad, previamente visitó a siete u ocho médicos, lo que dificulta el diagnóstico temprano de este padecimiento que es la tercera causa de muerte en el país.


¿Cuánto es el tiempo promedio que tarda un paciente en iniciar el tratamiento contra el cáncer?

—Hay estándares internacionales, depende el tipo de tumor, lo que se recomienda es que una vez que el paciente acude con un médico para que le diagnostiquen, debe ser un mes, y cuando se refiere a una institución para el tratamiento, que no transcurra más de un mes para iniciar el tratamiento. De 15 días a un mes.

En el país, el promedio de retraso es de siete meses, pero hay instituciones que tardan hasta dos años. El promedio es de siete meses y hay que reducirlo a un mes y medio. Es muy importante que en el primer contacto exista la atención para diagnosticarlo.

¿Qué dificulta el inicio del tratamiento?

—Hay muchos mitos alrededor del cáncer, para muchos es igual a muerte, el temor a la enfermedad hace que no vaya con el médico y busque otras opciones. Lo que se tiene que hacer es siempre acudir con instituciones formales en las que hay evidencia del manejo del paciente con estas enfermedades, la gente lo que quiere es escuchar que no tiene cáncer, por ello no va con el médico, tenemos la idea de la medicina curativa y no de la preventiva, si no sentimos nada no vamos con el médico.

¿Se enfrenta una trama burocrática para llegar con el especialista?

—Se da por lo mismo, a veces llega en el primer nivel de contacto con el médico familiar y no sospecha de la enfermedad, eso lo retrasa, después del médico de primer contacto, el paciente debe pasar con el especialista y no que pase por toda una serie de trámites para llegar con el de alta especialidad, ceo que en eso se tiene que trabajar mucho.

¿De qué manera se puede agilizar el proceso para el tratamiento?

—A través del compromiso que se debe tener con la sociedad y concientización, que tanto el paciente presione, como la institución; que los que sean responsables de cada institución se den cuenta que es la única oportunidad que puede tener un paciente si se sospecha que tiene cáncer y se envíe a una institución en la que se tenga el tratamiento para manejar a un paciente con esta enfermedad.

¿Cuáles son los principales retos en el tratamiento contra el cáncer?

—Tenemos muchos retos, uno es modificar estilos de vida; 40% de todos los tumores malignos se pudieran cambiar si modificáramos nuestro estilo de vida: evitar consumo de tabaco, alimentación balanceada, no comer comidas hiper calóricas que están produciendo obesidad y sobrepeso, que son causa tanto de enfermedades cardio vasculares como de cáncer, protegerse ante la exposición de virus del papiloma humano.

El diagnóstico temprano es un reto importante, siete de cada 10 personas que llegan están en etapa avanzada, el reto es diagnosticar en etapas más tempranas, principalmente cáncer de mama, cervicouterino y de colon.

También aplicar terapia personalizada, tratamientos que son más efectivos y con menos efectos colaterales, hay que buscar estos esquemas de tratamiento, que la población tenga acceso a este tipo de terapia personalizada.


¿A qué se debe que la población esté llegando tarde a la atención médica?

—Hay falta de información para que la población pueda acudir tempranamente, lo cual está vinculado a otro factor. En el país hace falta que en el primer nivel de contacto puedan detectar tempranamente la enfermedad.

El hecho de que lleguen tarde siete de cada 10 en etapas avanzadas, lo que refleja es que cuando el paciente tiene síntomas y va con el médico, no se le diagnostica tempranamente. En el país vemos que cuando llega un paciente con nosotros a un hospital de alta especialidad, ya visitó siete u ocho médicos generales previamente. Hace falta que metamos la materia de oncología a la facultades, hay 164 escuelas de medicina en el país solo el 10% tiene la materia de oncología y la mitad la tiene como optativa.

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