politica@eluniversal.com.mx

Hace tres meses, Deysi Molina Jiménez, de 42 años, se despidió de sus tres hijos de 11, seis y cuatro años de edad, cuando emigró a Cancún, desesperada por no encontrar un empleo en Villaflores. De los tres niños, Hellen Hidalgo Molina, la menor, quedó al cuidado de sus abuelos y los otros dos, con otros parientes. Deysi tenía planeado reencontrarse en próximos meses con sus hijos, pero el terremoto del pasado jueves, fracturó ese sueño.

Hellen, que hace apenas tres semanas ingresó al jardín de niños, quedó al cuidado de sus abuelos, Raúl Molina González y Rosa Jiménez Vicente, de 73 y 60 años.

La noche del jueves despertaron al sentir que eran zangoloteados en su cama y, alarmados, temían que la casa que crujía, cediera y quedaran enterrados.

Cuando Raúl trataba de alcanzar la recámara donde había dejado a su esposa y nieta, pudo ver uno de los muros de adobe caía sobre ellas. La niña murió al instante, mientras que la abuela luchaba por sobrevivir debajo del escombro.

Raúl pidió ayuda en medio de la oscuridad, pero sus vecinos parecían no escuchar los gritos y fue hasta que salió de la casa que pudo contar con ayuda.

Varios hombres consiguieron sacar a Rosa del punto donde se encontraba atrapada, para luego trasladarla al Hospital Regional Bicentenario, en Villaflores, pero minutos después de ingresar al área de urgencias, la mujer perdió la vida.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses