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A sus 18 años Diana Sánchez sonríe, se dice feliz porque quedó atrás la tristeza que le provocaban las burlas y la discriminación que sufría por la obesidad mórbida que padecía, la cual también quedó en el olvido gracias a que fue candidata para participar en el protocolo de cirugía bariátrica en Pediatría en el Hospital Infantil de México Federico Gómez.

Tener obesidad mórbida impactó en la autoestima de la estudiante de preparatoria: “La gente te aparta, se burla de ti, discriminan, creen que lo que quieres, tus intereses, no importan. Sentía que no encajaba, por eso me alegra mucho haber sido parte de este programa, porque la cirugía cambió mi vida, soy más feliz, recuperé mi autoestima”, relató.

El caso de Diana no es el único, pues otros 11 jóvenes que participaron en el protocolo, el cual fue implementado con éxito desde 2010, han perdido peso a través de la cirugía de manga gástrica.

Con este procedimiento, que consiste en cortar una parte del estómago del paciente para reducir la cantidad de alimentos que consume, la adolescente perdió 40 kilos. Cuando llegó al hospital infantil Diana pesaba 104 kilos; ahora, sólo 62.

Entrar a quirófano no fue sencillo, pues la joven tuvo que someterse por 18 meses a evaluaciones sicológicas, físicas y redes de apoyo para ser admitida como candidata.

“Nos hacen saber que en el protocolo participan personas que tienen problemas metabólicos, que ya cuentan con un índice de masa corporal que supera los 35 kg/m² y que además presentan otras enfermedades, como diabetes o hipertensión, y que ya intentaron bajar de peso con dieta o ejercicio, pero no lo consiguieron”, explicó.

El 18 de septiembre de 2017, Diana entró a la sala de operaciones. “Pesaba 104 kilos. Antes de la cirugía bajé 15 kilos con un plan alimenticio, era un reto con el que te mantienes sólo tomando licuados que contienen proteínas y nutrientes para que no estemos débiles”.

Después de la manga gástrica, la pérdida de peso fue mayor; ahora, al subir a la báscula y ver que pesa 62 kilos se siente orgullosa y motivada para cuidar de su salud.

“Todo en la vida nos deja lecciones, creo que la obesidad existe porque nos falta mucha educación, no sabemos comer, no hacemos ejercicio, no pensamos en las enfermedades que podemos desarrollar por tener obesidad, pero ahora sé que tengo que cuidar mis porciones, alimentarme de manera sana y no confiarme y creer que ya no puedo subir de peso”, afirmó.

Jaime Zermeño Nieto, director general del hospital infantil, celebró los resultados que ha arrojado el protocolo de cirugía bariátrica en niños y adolescentes. “Es un programa único en el país porque atiende a jóvenes que viven con obesidad mórbida. Con la cirugía aumentaron entre 20 y 30 años su esperanza de vida”, destacó.

Para el director del hospital, operar este proyecto es importante no sólo porque los jóvenes dejan de ser obesos, también pueden revertir enfermedades, como diabetes mellitus tipo 2, la cual hasta hace unos años era casi imposible diagnosticarla en un niño o adolescente.

“Fue alarmante ver que tres de los pacientes del programa vivían con esta enfermedad. Después de la cirugía han dejado de consumir los medicamentos para controlarla, son más sanos”, enfatizó.

El programa del hospital infantil es similar al que ofrece el Seguro Popular para adultos que viven con obesidad mórbida y son llamados pacientes “súper obesos”, como publicó EL UNIVERSAL al contar la historia de Angy Flores, quien ha perdido más de 85 kilos luego de someterse a una manga y bypass gástrico en el Hospital Rubén Leñero.

La mujer, de 48 años, duró cinco años sin mirarse al espejo, le daba miedo su reflejo y encontrarse con 175 kilos, que en sus palabras, “se convirtieron en una carga más emocional que física”. Hoy, con 90 kilos, se acepta y gusta más.

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