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Más de 30 minutos caminó Claudia Ortega desde La Huerta, en el pueblo de Caltongo, hasta el centro de San Gregorio, en Xochimilco, para llegar a un puesto de atención sanitaria en donde le obsequiaron sus dosis de insulina.

La mujer asegura que tras el sismo del pasado 19 de septiembre que cimbró a la Ciudad de México, la ayuda del gobierno no ha llegado a varios puntos de la delegación Xochimilco, como La Huerta, Santa Cruz Acapixtla y El Paraíso.

“Todo se ha concentrado acá en San Gregorio, aunque la gente se solidarice, la ayuda no llega hasta nuestros pueblos”, denuncian los afectados.

Rosa Galicia Gutiérrez, enfermera de profesión, está al frente de este módulo de atención, al que se suman voluntarios de la Universidad del Valle de México (UVM).

En cuanto llegó Claudia le tomaron sus datos para hacer un censo de las personas que han apoyado y Rosa entra en busca de la insulina que debe mantener en refrigeración.

“Las personas se acercan para que les tomemos la glucosa, les demos medicamentos para la hipertensión, les apliquemos insulina y en menor medida llegan quiénes tienen infecciones en el estómago”, relató Emilia Carrillo, vecina de San Gregorio y voluntaria en este puesto de atención sanitaria.

Rosa salió con un vaso de hielo y dentro del frasco la insulina, una bolsa de algodón, y una botella de alcohol. Se lo entregó a Claudia, quien se apresuraba a regresar a casa “antes de que me agarre la lluvia”.

No hay contagios de hepatitis. “Desde el viernes pasado está circulando un rumor en la delegación Xochimilco sobre la existencia de brote de hepatitis, pero para que la gente sepa que tiene esta enfermedad deben haber pasado al menos 15 días con ella”, aseguró Rosa Galicia.

En varias partes de San Gregorio hay carteles que niegan este brote de hepatitis en la demarcación.

A esta información se suman autoridades de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que afirman que se han seguido acciones sanitarias para evitar cualquier brote epidemiológico.

Brigadistas revisan agua de pipas y tinacos. En la delegación Xochimilco todos los días hay alrededor de 40 brigadistas de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios que se encargan de revisar la calidad del agua que llega en pipas, o la qué hay en las cisternas de los hogares, se reparte plata coloidal para su cloración y se cargan con kits de laboratorio portátiles para la revisión del líquido que se usa para consumo humano y para todas sus actividades como bañarse, lavar y guisar.

Cofepris se encarga de pasar a los módulos de atención médica a revisar que los fármacos no estén caducos: “Hace un rato llegaron unos 10 brigadistas y nos ayudaron a apartar lo que no servía y se lo llevaron”.

Es fácil identificar a las autoridades de la dependencia sanitaria, dado que portan un chaleco amarillo o anaranjado que los identifica como miembros de Cofepris, además cargan con un gafete oficial para que la gente tenga confianza de dejarlos entrar a sus hogares y puedan revisar las condiciones del agua, alimentos y si es el caso, la existencia de fauna nociva.

“Todo el domingo [pasado] nos dedicamos a barrer y recoger la basura que había atrás de la iglesia y en los albergues, porque nos explicaron de la comisión [Cofepris] que se pueden hacer moscos y de ahí vienen más enfermedades como dengue o zika.

“Ahorita,. del centro de salud nos dicen que no hay brotes de hepatitis y en el censo que estamos haciendo de la atención que reciben los vecinos ninguna persona ha venido con esos síntomas”, dijo la jefa de enfermeras antes de aplicar insulina.

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