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Para fortalecer la protección del medio ambiente en México se requiere, entre otras cosas, dejar de recortar el presupuesto al sector, mejorar el marco normativo y fortalecer instituciones como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), puesto que a esta “le faltan las canicas para enfrentar la problemática”, consideró Julia Carabias Lillo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la maestra en Ciencias —quien el pasado 6 de diciembre recibió la Medalla Belisario Domínguez, la máxima distinción que otorga el Senado de la República a quien haya destacado por su ciencia o virtud en grado eminente— insistió en la importancia de fortalecer a los defensores de la naturaleza, quienes se topan constantemente con intereses muy poderosos, tanto económicos como políticos.

“Están muy débiles, porque sólo tienen la palabra frente a las armas, porque el crimen organizado está metido en los espacios naturales, amedrentan a las comunidades, hay un saqueo, sobreexplotación de la pesca y todo el tiempo se intimida a las autoridades y activistas. Si el Estado de derecho estuviera operando, si tuviéramos realmente una buena vigilancia y si esto culminara en las sanciones que nuestra ley plantea, entonces tendríamos mucha menos vulnerabilidad”.

De visita en las instalaciones de El Gran Diario de México, Julia Carabias, ex secretaria del Medio Ambiente, subrayó que si bien las leyes en México en la materia son buenas, “se requiere que se apliquen y para ello se necesitan cuerpos que las vigilen, que después procedan las sentencias. No se cumplen, se va quebrando todo el hilo, se pierde la credibilidad y entonces se hace un imaginario de que todo vale.

“Hay que aplicar correctamente la ley, hay que tener sanciones claras, en cuanto a la corrupción. Se tiene que sancionar cuando los funcionarios no están respondiendo a sus responsabilidades, porque afectan el patrimonio nacional”.

Sobre la inminente extinción de la vaquita marina, consideró que si bien las labores de rescate de este cetáceo endémico no llegaron tarde, la prohibición de la pesca en el Alto Golfo de California sí llegó de manera tardía, por lo que el problema de la pesca ilegal de la totoaba se incrementó de tal manera que afectó a la población de vaquitas, las cuales mueren asfixiadas en las redes pesqueras.

Necesario, fortalecer instituciones

¿Cuáles son los principales retos para conservar la biodiversidad que hay en el país?

—Debemos entender que la biodiversidad forma parte de los seres humanos, en la medida en que los mexicanos no entendamos que la naturaleza es nuestra base del desarrollo, nos va a costar mucho trabajo un gran cambio.

Es necesario fortalecer a las instituciones, no se puede seguir recortando el recurso económico en el tema ambiental. En estos años han habido recortes importantes porque estamos en una crisis económica, pero la parte ambiental, que siempre ha estado con escasos recursos, nació tarde y se ha consolidado con dificultades. Esos pocos recursos se siguen recortando, no se pueden atender las responsabilidades que tienen las instituciones ambientales para atender todos estos problemas.

Se requiere que el mejor personal capacitado que existe en nuestro país esté en el ámbito de la toma de decisiones, no son espacios para ser ocupados por gente que no es experta, tienen que conocer la ciencia y asesorarse de los científicos para la toma de decisiones.

Se necesita el fortalecimiento del marco legislativo, se está discutiendo la Ley  General de Biodiversidad, está pendiente de dictaminarse en el Senado y tiene problemas importantes que es muy posible resolver. Estoy convencida de que si se hace una tarea de acercamiento y de diálogo, se pueden señalar dónde están los puntos que se necesitan fortalecer y que no salga una nueva ley golpeada, débil y criticada porque no se hizo la consulta suficiente. Estamos muy cerca de tener una normatividad a la vanguardia.

¿Qué elementos debe contener la Ley General de Biodiversidad?

—Debe tener principios muy claros, como la vinculación de la biodiversidad con otros temas ambientales, de ordenamiento, de impacto social, que se establezca cómo se usa la biodiversidad y cómo se restaura. Hay muchos temas que se están debilitando, como el de los centros de población en las áreas naturales protegidas, que están prohibidas desde la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y ahora en esta nueva ley queda muy ambigua esta prohibición, se abren oportunidades para que haya minería, una actividad tan agresiva, debería prohibirse en las áreas naturales protegidas.

Se tiene que escuchar, dialogar, concretar y arrastrar el lápiz. Estoy segura de que el Senado puede sacar un proyecto unánime, no sólo por los partidos, sino con el aval de la sociedad, pero es necesario que se dé ese diálogo abierto, incluyente, para que esto pueda salir muy bien.

¿Las instituciones actuales son suficientes para llevar a cabo la vigilancia y el castigo a quienes infringen la ley ambiental?

—La Profepa tiene poco personal y muy poco dinero, entonces no puede atender toda la problemática del país, además, lo que necesita es el fortalecimiento de los instrumentos que le permiten hacer la procuración de justicia. No es que haga un mal desempeño, es que no tiene las canicas para enfrentar la problemática, necesita más gente, más recurso y ajustar los instrumentos.

¿La implementación de la Gendarmería Ambiental está atacando la falta de vigilancia?

—La Gendarmeria Ambiental es una parte importante que tiene que estar muy bien capacitada, entender la problemática para evitar cualquier tipo de abusos, pero el tema es que está acotada para ciertas regiones muy complejas, puede hacer un buen papel, siempre y cuando las comunidades estén tranquilas. Hay muchos mitos en contra de la Gendarmería que son infundados, se le ha atacado antes de empezar.

Las comunidades se asustan y prefieren que no entren, pero siguen los ilícitos. Donde ha actuado la Gendarmería ha habido muchos éxitos, hay que trabajar con las comunidades, que estén tranquilos, los campesinos y a las comunidades indígenas son los principales afectados por estos ilícitos, la Gendarmería es un cuerpo que viene a reforzar, pero es acotado para ciertas circunstancias. La Profepa tiene que ser reforzada, cuenta con muy pocos inspectores por estado para atender una gama de problemáticas.

Se debe aplicar legislación

¿Qué necesita México para establecer un Estado de derecho en materia ambiental?

—Nuestras leyes son buenas, pero se requiere que se apliquen y para esto se necesitan cuerpos que las vigilen y que después procedan las sentencias, estas no se cumplen, se va quebrando todo el hilo, se pierde la credibilidad y entonces se hace un imaginario de que todo se vale. Hay que aplicar correctamente la ley, hay que tener sanciones claras. En cuanto a la corrupción, se tiene que sancionar cuando los funcionarios no están respondiendo a sus responsabilidades, porque afectan el patrimonio nacional.

¿Cuál sería el llamado a las autoridades para implementar un Estado de derecho en materia ambiental?

—Que las instituciones ambientales cuenten con los recursos humanos y económicos necesarios, que se analicen las partes de la legislación que tienen que ver con la responsabilidad ambiental, con las sanciones, con la parte preventiva, que se tome la decisión de incrementar los recursos, personal calificado y cumplir con las sanciones.

¿Cómo proteger la labor de los defensores ambientales?

—Los defensores de la naturaleza se topan constantemente con intereses muy poderosos, tanto económicos como políticos, están muy débiles, porque sólo tienen la palabra frente a las armas, porque el crimen organizado está metido en los espacios naturales. Amedrentan a las comunidades, hay un saqueo, sobreexplotación de la pesca y todo el tiempo se intimida a las autoridades y activistas. Si el Estado de derecho estuviera operando, si tuviéramos realmente una buena vigilancia y si esto culminara en las sanciones que nuestra ley plantea, tendríamos menos vulnerabilidad.

¿El medio ambiente siempre ha estado rezagado?

—Totalmente rezagado, siempre es un punto y aparte. Desde hace muchos años está metido, pero de importancia pequeña y eso se refleja en los recursos humanos y en los económicos.

Sobre la vaquita marina, ¿llegaron tarde las labores de rescate?

—No es que hayan llegado tarde, el tema es que la pesca ilegal se fortaleció y la vaquita no aguantó, lo que llega tarde es una aplicación de la ley en materia pesquera, no es que las vaquitas hayan sido exterminadas porque se cazaba, es una pesca incidental, habiendo permitido eso, la vaquita se fue deteriorando.

Tengo mucha esperanza de que funcione este proceso de rescate, pero es muy difícil, es un reto del que hasta la propia ciencia tiene sus dudas y se está haciendo con toda la información científica y con los expertos, los mejores del mundo. Ahora está prohibida la pesca, hay que vigilar que se cumpla y encarcelar a la gente para frenar esa depredación.

¿Cómo ve el panorama político en la actualidad?

—Muy complejo y me preocupa mucho. Hay opciones, espero que eso sirva para construir, discutir y mejorar, que nos escuchemos todos los mexicanos, que sean todos los candidatos capaces de escuchar las posiciones de unos y otros, que se tomen en cuenta las propuestas. No caigamos en un proceso en el que todo el tiempo está atorado el diálogo o en una discusión, en un nivel de insultos que no nos merecemos los mexicanos. Necesitamos un debate nacional para repensar la ruta del país y para que salga una buena agenda en todos los temas.

¿Cuáles son los temas que se deben abordar en el proceso electoral?

—El problema de la seguridad, la pobreza, el desarrollo social, la educación, el tema ambiental y la economía son los grandes temas nacionales. La seguridad alimentaria sustentable y el tema del agua no puede estar ausente.

¿Le interesaría volver a desempeñar un cargo público?

—No, yo estoy muy bien donde estoy, mi carrera académica se aplicó en la montaña de Guerrero, en Michoacán, después participé en el gobierno siete años, he participado en Naciones Unidas y después de todo esto tengo que regresar a la base, a raíces para probar que todo eso tiene viabilidad, que sí hay una ruta para el desarrollo sustentable y formar a los jóvenes, los estoy llevando a la Selva Lacandona. Hay que formar gente, aplicar esos conocimientos, las leyes, políticas en una región y si funciona, es replicable y yo creo que esa es la ruta que estamos siguiendo, todavía me queda mucha energía para seguir haciéndolo.

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