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La Comisión Nacional del Agua (Conagua) aseguró que debido a que durante 2017 se registró 5% más de lluvia que el promedio histórico y debido a que la dependencia federal implementó una nueva política hídrica basada en el almacenamiento del excedente de las lluvias, se tiene garantizado el abasto de agua para uso doméstico y agrícola.

El organismo detalló que en las 206 presas más importantes de la República Mexicana se tienen 99 mil millones de metros cúbicos, lo que representa 6 mil millones más del promedio habitual para estas fechas, “lo que ayudará al abasto de las necesidades de la sociedad”.

La Conagua indicó que este superávit permitirá cubrir el consumo diario de la población en 2018, 2019 y parte de 2020, así como cubrir las demandas habituales del ciclo agrícola 2017- 2018 y el que comenzará en octubre de 2018.

La dependencia federal destacó que en el caso de entidades del norte de la República que excepcionalmente logran alcanzar un superávit de agua para ciclos agrícolas venideros como Durango, Zacatecas y Chihuahua, actualmente tienen sus presas prácticamente al 100% de almacenamiento.

“La nueva política de manejo de presas de la Conagua, se combina con las acciones de tecnificación y modernización del campo, para mejorar el aprovechamiento del agua en la producción de alimentos y llevar a México hacia la suficiencia alimentaria, lo cual se traduce en mayores ingresos para los productores y en más alimentos para la población”, señaló.

El organismo informó que 2017 ha sido uno de los más complejos en materia de emergencias hidráulicas, debido a que durante el año impactaron seis ciclones a México por lo que se registraron lluvias abundantes.

“En los océanos Pacífico y Atlántico se registraron 35 ciclones, los cuales no sólo fueron superiores a lo habitual en número, sino también en intensidad, pues se igualó la marca de los ciclones más intensos desde que se tiene registro”, señaló.

Además, la Conagua informó que en los cinco años de la presente administración se cumplieron las metas sexenales de abastecimiento de agua y de saneamiento, al llegar a coberturas de 94.4% y 64% respectivamente.

La dependencia encargada de la política del agua a nivel nacional señaló que en las regiones rurales más alejadas y con mayor pobreza, se implementó el programa de captación de agua de lluvia (Procaptar) y se colocaron biodigestores para tratar el agua negra del inodoro, para lo cual se realizó una inversión de más de mil millones de pesos.

La Comisión Nacional del Agua detalló que debido al trabajo coordinado con otras dependencias del rubro social no sólo permitió aumentar la cobertura de los servicios de agua, “sino mejorar sustancialmente las condiciones de vida de la población, puesto que sus integrantes, sobre todo mujeres y niños, ahora tienen agua potable en su casa, tratan las aguas negras de sus baños y pueden destinar las horas que usaban en el transporte de agua a otras actividades que favorecen su calidad de vida”.

Mientras que en la parte del saneamiento de aguas negras, detalló la comisión, se cumplió la meta de 64%, donde destacó el cambio en la política de construcción y operación de infraestructura de tratamiento de aguas residuales, por lo que ahora cada una de las plantas debe formar parte de un ciclo sustentable que involucre el reuso del agua con el fin de reducir el consumo de agua potable en actividades que no requieren agua de esa calidad.

“Al tiempo que se mantendrá el trabajo en esas áreas, parte importante de los esfuerzos se enfocarán el próximo año en el rubro de drenaje, con el fin de cubrir el punto porcentual que se requiere para llegar a la meta sexenal de 94%”, informó.

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