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Saúl Flores Rivera es un joven de la colonia Tacubaya, al sur de la Ciudad de México; se trasladó en motocicleta por más de 50 minutos para tratar de rescatar con vida al mayor número de personas.

Usa un pantalón verde, playera y tenis blancos, así como un casco amarillo para su protección. Trabajó en la azotea de este edificio durante cuatro horas. Él ayudó a hacer los hoyos en el techo para que las cadenas de las grúas cargaran el concreto.

Las manos no dejan de moverse, cubetas van y vienen con cascajo y carritos de supermercado para los pedazos más grandes.

Los rescatistas, montados en ese cerro de cemento y fierros, piden silencio y alzan el puño derecho. Hay aplausos de los ciudadanos que ven la escena. Piden perros porque algo escucharon, pero no encuentran nada.

No ha parado, es chofer y dueño de su tiempo, por eso desde este martes que vio un derrumbe en Viaducto y avenida Coyoacán, estuvo ayudando hasta las 2:00 de la mañana en este lugar y también en un multifamiliar de Tlalpan, de dónde ayudo a sacar a dos personas con vida y a otra que desgraciadamente falleció.

Se sincera y describe que no tiene habilidades en la construcción. Pero al estar arriba de ese cerro recuerda claramente que escuchó voces y está claro que todavía hay gente atrapada. Otro rescatista presume que hay otras 20 personas.

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