Al encabezar la primera misa dominical en la Basílica de Guadalupe, el cardenal Carlos Aguiar Retes urgió a acabar con la lepra de nuestro tiempo: la discriminación y la intolerancia.

Rodeado del cabildo mayor y ante la virgen de Guadalupe, dijo que es momento de que como sociedad, México busque el interés de los demás, como “la fuerza de una comunidad en la familia, que muchas veces así lo vivimos. Lo tenemos que extender, que no se quede en el seno de la familia. Tenemos que hacerlo más amplio en torno a la vecindad geográfica donde vivimos, lo necesitamos en los círculos de relación social, en los ambientes laborales, tenemos siempre que realizar este criterio: buscar el interés de los demás”.

Aseguró que sólo de esa forma la sociedad se podrá quitar sus propias “lepras”. “Los invito a que le pidamos a Jesús, puedes curarnos de esta lepra y alejarnos de estas condiciones infrahumanas”. A su arribo, los feligreses lo recibieron con aplausos, mientras se entonaban cantos del inicio de la ceremonia religiosa.

A través del editorial en el semanario Desde la Fe, la arquidiócesis mexicana afirmó que hasta enero de este año, las coaliciones presidenciales han registrado más gastos que ingresos.

“La mayor opacidad se verifica entre las coaliciones presidenciales. Hasta enero pasado, habían registrado más gastos que ingresos, reportaron un excedente de 4.5 millones de pesos. Según el Instituto Nacional Electoral (INE), había ingresos por 660 mil pesos y gastos por casi 5.1 millones”, detalla. Las precampañas de las coaliciones presidenciales han actuado con opacidad y reflejan una “verdadera simulación electoral” que contravienen los propósitos de austeridad y transparencia, acusó.

El editorial destacó que estos datos demuestran que el INE es una autoridad desdentada y débil que tiene encima “una maraña casi imposible de deshacer de forma pronta y expedita. Desafortunadamente, el sistema electoral mexicano parece favorecer más este irracional dispendio de recursos, en tiempos de transmisión que buscan sólo el impacto mediático, que los principios de sobriedad, transparencia y equidad sin simulaciones”.

“Lo que se debió haber canalizado a una real formación electoral para los ciudadanos se destinó a infundir sentimientos de odio y hartazgo político que desalientan y confunden, lo cual podría causar apatía en la población, debido a la ausencia de propuestas concretas, sólidas y reales, que puedan sacar del atolladero a nuestro país y mejorar la condición de vida de incontables ciudadanos que viven en zozobra, angustia e incertidumbre. En definitiva, la clase política de la nación se aleja de nuestras sufrientes realidades”, indicó.

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