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José María Guízar Valencia, El Z-43, aseguró que durante su detención fue víctima de tortura por parte de elementos de la Secretaría de Marina, por lo que una juez federal ordenó a la Procuraduría General de la República investigar los hechos.

Guízar fue señalado por el gobierno federal como uno de los 122 objetivos prioritarios; su detención lo convirtió en el “triunfo” 109 de la lucha contra el crimen organizado.

En el informe policial homologado que forma parte de la carpeta de investigación iniciada por la PGR en su contra se destaca que los elementos de la Marina que lo detuvieron pasaban por el hotel de la colonia Roma en el que se encontraba y lo vieron cuando supuestamente intercambiaba droga por dinero. No se trataba de un operativo.

Ayer, Guízar Valencia fue vinculado a proceso por delitos contra la salud y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y Fuerza Aérea, luego de que la juez de control Beatriz Moguez Ancheyta reclasificó uno de los delitos que le imputó la PGR.

La PGR imputó delitos contra la salud en su modalidad de comercialización. Durante su detención los elementos de la Marina aseguraron una mochila con mil 272 gramos de metanfetamina empaquetada para su venta, un arma calibre 45, cartuchos, 5 mil 80 pesos que guardaba en una cartera y una mochila negra en la que llevaba la droga y el dinero.

En la audiencia de vinculación a proceso, la defensa de Guízar Valencia ofreció como medio de prueba un dictamen pericial en dactiloscopia hecho por una especialista adscrita a la propia PGR, quien concluyó que la droga, el arma, los cartuchos y el dinero no presentan huellas dactilares de persona alguna, además de que la mochila y la cartera están fabricadas con un material poroso que no permite un examen de dactiloscopia.

En su informe, los elementos de la Marina manifestaron que circulaban en una camioneta Cheyenne gris por las calles de San Luis Potosí y Frontera en la colonia Roma Norte cuando se percataron de que Guízar Valencia entregó uno de los paquetes de droga a otro individuo, al que no pudieron detener.

Al analizar el informe homologado y la prueba pericial ofrecida por la defensa, la juez de control del Centro de Justicia Penal Federal con sede en el Reclusorio Oriente decidió reclasificar la acusación de delitos contra la salud con fines de comercialización por la modalidad de posesión para comercio, puesto que no existen elementos para asegurar que estuviera vendiendo la droga.

“Resulta ilógico que la bolsa con los 71.7 gramos de metanfetamina que supuestamente entregó en venta no tuviera huellas ni del imputado ni de nadie, por lo que no puede sostenerse la modalidad de venta que se le atribuye”, indicó.

Durante la comparecencia, Guízar Valencia describió la forma en la que fue detenido y afirmó que él no portaba ninguna mochila ni el arma.

Detalló que el 8 de febrero cerca de las 20:00 horas salió del hotel Marbella, en la colonia Roma Norte, donde estaba hospedado en la habitación 501, junto con otro individuo con quien iría a jugar boliche.

“Estaba esperando el taxi para ir a la plaza cuando detrás de los árboles salieron dos sujetos vestidos de civiles, armados, me tomaron del pelo y me subieron a una camioneta”, relató.

Explicó que lo mantuvieron encapuchado y lo llevaron a un lugar donde le cubrieron la cara con una toalla para aventarle agua para que al intentar respirar sintiera asfixia, y que, unas tres horas después de la detención, fue llevado a unas oficinas.

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