Hilario Gallardo Cruz, de 52 años, va y viene a diario desde Chimalhuacán, Estado de México, para trabajar en la cocina de un restaurante que ha decidido regalar comida a médicos, enfermeras, personal de limpieza y todo aquel que trabaje en hospitales de la capital del país que están en la primera línea de batalla contra el Covid-19.

Desde la semana pasada en el restaurante ubicado a unas calles del Hospital General de México, en la alcaldía Cuauhtémoc, don Hilario preparó los platillos para el personal de Salud que supo de la iniciativa vía redes sociales.

Esta semana, La Rambla, lugar en el que trabaja desde hace ocho años, cerró sus puertas a los comensales y el equipo comenzó a trabajar en pedidos a domicilio y entregas para llevar.

El apoyo a médicos y enfermeras continúa como forma de agradecerles la labor que realizan durante la pandemia por el Covid-19, ahora “para llevar”.

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Por eso, aunque don Hilario reconoce que tiene miedo de contagiarse al salir a la calle, sabe que no puede dejar de percibir su sueldo, pues su familia, esposa y tres hijos, dependen de él y asegura que se siente contento de ayudar a la gente que se dedica a salvar vidas en estos momentos “tan difíciles para todos”.

Con un nudo en la garganta explicó que en la cocina de La Rambla trabajan 10 personas, pero como parte de las medidas de seguridad implementadas por los dueños ante la pandemia, ahora sólo operan tres por día.

“Al salir de mi casa, mis hijos y mi mujer me dicen que me encomiende a Dios, nada más”, explicó.

“Me parece muy caritativo esto de regalarle comida a los médicos porque a veces trabajan hasta 24 horas seguidas, no duermen, no tienen tiempo para comer por estar atendiendo a los pacientes con coronavirus”, expuso.

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Antes de salir de su casa, don Hilario se lava las manos, al llegar al Mexibús usa el gel antibacterial que dan a los usuarios y busca los lugares menos concurridos para viajar seguro a su trabajo.

En la cocina limpia continuamente su área de trabajo mientras sus compañeros lavan las verduras y los trastos. Afuera, las mesas, barra, los pisos y todo está en constante proceso de limpieza.

Jacobo Noguera, gerente general de La Rambla, explicó que los días que pudieron atender a personal del sector Salud en el restaurante llegaban visiblemente agotados, con ojeras, agobiados.

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“Se les veía cansados, con ojeras, llegaban ya arrastrando la cobija, tienen jornadas de trabajo muy pesadas y aquí tenían un ratito para relajarse un poco y por lo menos platicar algo fuera de su trabajo pero es gente muy agradecida y a la que sentimos muy de casa”, indicó.

“Nosotros lo decidimos entre todos los socios, nos dimos a la labor de ver cuál era la mejor manera de apoyar la causa y concluimos que era a los doctores a quienes teníamos que ayudar, porque son los que están dejando el pellejo por nosotros y la única forma era con comida”, dijo.

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