QUERÉTARO.- Ante la pandemia de Covid 19 los queretanos recurren a la ayuda divina, como lo han hecho en otras ocasiones cuando las epidemias castigaban a la humanidad. Se reúnen en el templo de San Francisco, donde se hace una rogativa a la Virgen de El Pueblito para que proteja a Querétaro de la enfermedad.

Por la tarde participan en la Procesión Penitencial a la catedral. Se reúnen más de 300 personas, más las que observan a lo largo de las cuatro cuadras que separan el templo de San Francisco de la catedral de Querétaro.

Participan niños, adultos mayores. La concurrencia es variada. El común denominador es que muy pocos se protegen. Unos cuantos llevan cubrebocas. Llevan escapularios y rosarios.

A mediodía, los fieles se reúnen en el templo ubicado en el centro de Querétaro. Entran como quizá siglos atrás entraron otros queretanos  para pedir la intervención divina en las otras epidemias que afectaron a la población de la ciudad, como la de cólera en 1867, fuerte el Sitio de Querétaro, cuando el ejército liberal cercó la ciudad y a Maximiliano de Habsburgo.

La rogativa del mediodía convoca a cientos de queretanos que acuden a rezar por la "salvación" de la ciudad y su gente.

Fray Francisco Manuel Gomero García, capellán del templo de San Francisco, es quien oficia la rogativa.

Los fieles ruegan a los santos y piden la intercesión de la virgen de El Pueblito para "librar de esta peste" a los fieles queretanos.

Fray Francisco explica a los fieles que va en estos tiempos en donde la vida está en peligro, los hombres y mujeres se acercan para pedir a Dios ayuda.

Dice que muchos cuestionan porqué se dan estas enfermedades, que porqué las manda Dios. "No las manda Dios. Las manda el maligno, porque tiene también poder sobre la naturaleza", señala.

La ceremonia es similar a una misa. Se lleva a cabo la Eucaristía y se reparte la Comunión. El cura da las hostias en la boca de los fieles. No en la mano como se acostumbró en algunos templos. Lo que la gente evita es el saludo de paz, que se hace a distancia y con una inclinación de cabeza.

Posteriormente, el cura explica que una rogativa es un modo de elevar a Dios una oración de manera solemne, muy tradicional, pero que no se sabe con exactitud si surgió en el siglo III o IV de la era Cristiana y se ha desarrollado en distintos tiempos.

Las rogativas se hacen de manera tradicional dos veces al año, para pedir buenas cosechas. En ocasiones especiales se hacen para pedir que se libre a una población de algún mal, o de una calamidad, como puede ser actualmente en Covid 19.

Pasadas las seis de la tarde, la Procesión Penitencial de la Virgen de El Pueblito parte de San Francisco hacia la catedral queretana.

La acompañan cientos de personas. A lo largo del recorrido de cuatro cuadras se unen más fieles que piden a Dios los libre de la pandemia.

María Pueblito Ortiz Luna, participa en la procesión. No lleva cubrebocas. Dice que no tiene miedo al contagio de Covid 19. "Ya será voluntad de Dios", dice en una mezcla de fe y estoicismo.

Luis Martín Arteaga González también participa. Señala que lo hace para pedir a la Virgen de El Pueblito que detenga la pandemia que afecta al mundo.
Tampoco teme al contagio. Tiene fe, al igual que las demás personas que participan en la procesión.

Fray Francisco pide a los devotos rezar para que pase este momento de premura sanitaria.

En la procesión participan religiosos y fieles, quienes piden la sanación de los enfermos de Covid 19.

A lo largo del recorrido se unen más fieles. Otros observan la imagen de la virgen, pero no siguen la procesión. Lo hacen desde sus negocios, o donde los "agarró" la ceremonia.

La noche comienza a caer en la ciudad de Querétaro y la procesión está por arribar a su destino. Durante todo el recorrido se pide, se ruega por la salud de la humanidad, como se hizo en tres epidemias que en la antigüedad cayeron sobre la ciudad de Querétaro.

Ahora, en pleno siglo XXI los queretanos vuelven a pedir la intercesión de la virgen.

Las campanas de la catedral queretana dan la bienvenida a la Virgen de El Pueblito, mientras los fieles cantan "virgen santa de El Pueblito, sé nuestra madre amorosa".

A la llegada a la catedral las campanas comienzan a repicar. La gente se agolpa alrededor de las puertas del templo para ingresar.

La distancia de seguridad se olvida, la gente, se pudiera decir, se respira en la nuca, en el rostro. Nadie parece preocuparse de las medidas de seguridad. Muchos de los participantes son adultos mayores. Hay familias completas que acuden. Niños se mezclan con los mayores y las personas de mediana edad. Son contados los que llevan un cubrebocas.

La catedral se llena, incluso hay personas que permanecen de pie. Otros, más precavidos permanecen afuera del templo.

Terminada la Procesión Penitencial se celebra una liturgia. Los fieles permanecen dentro de la catedral, cuya temperatura al interior es notoriamente más baja que en el exterior.

De vez en cuando se escucha a alguien toser. Pocos le prestan atención a esa señal. Un hombre entra tosiendo a la catedral. "Será lo que Dios quiera".

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