En el periodo de transición a unos días de dejar la Presidencia, Enrique Peña Nieto (PRI) hizo “una revelación sincera”, en opinión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador: no pudo resolver el problema de la violencia en el país.

“La Marina le había cumplido al detener a Joaquín El Chapo Guzmán, pero el Ejército no había podido aprehender a Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación. Ante esta confesión guardé silencio”, así lo da a conocer el presidente López Obrador en su más reciente libro, A la mitad del camino.

También revela que Peña Nieto se sintió traicionado por los empresarios, quienes recibieron favores de su gobierno. “Se quejaba de la traición de quienes recibieron favores y luego lo desconocieron y hasta lo convirtieron en el payaso”, dice.

En el capítulo tres, dedicado a los opositores, señala que la ingratitud es un distintivo de este grupo de potentados, pero hace una distinción, pues, comenta que a todos no se les puede meter en el mismo costal.

“Me consta que, en el terreno político, Carlos Slim, Alberto Baillères, Germán Larrea y Ricardo Salinas respetan la investidura presidencial, no se apasionan tanto por lo electoral y, aunque no estén de acuerdo, actúan con prudencia”.

En el caso de algunos integrantes de los 10 de Monterrey, los Coppel de Sinaloa y empresarios de menor monta vinculados al PAN, acusa, actúan con demasiada carga ideológica.

Señala el caso de Claudio X. González, quien promovió la integración de partidos y organizaciones de clase media y alta contra su gobierno, para quitarle la mayoría en San Lázaro. También a José Antonino Fernández, de FEMSA, de los Oxxo, y a algunos otros con posturas muy conservadoras que financiaron al grupo de FRENAAA.

Destaca que en el proceso de transformación dio como resultado esclarecedor que el PRI y el PAN se asumieron abiertamente como PRIAN, cuya existencia había señalado por décadas.

Apunta que la Iglesia ha estado muy respetuosa de la autoridad legal, lo cual, dice, no es poca cosa. Sólo algunos jerarcas tomaron partido contra nosotros, siendo el más notorio el arzobispo emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, añade.

Asimismo, revela una carta de dos cuartillas escritas a mano que le envió el exsecretario de la Defensa Salvador Cienfuegos, tras ser detenido por la DEA en octubre 2020, por presuntos vínculos con el narcotráfico.

“Le informo con toda veracidad, como ciudadano y como militar, que los cargos que se me atribuyen son totalmente falsos porque nunca en mi vida he cruzado una palabra, ni por tercera persona, ni mensajes, ni vías telefónicas o mensajes de cualquier tipo”, se lee en la misiva.

Cienfuegos le solicitó a López Obrador su atención para que el juicio que se le imputaba pudiera agilizarse y pudiera demostrar su inocencia.

En cuanto a la relación con el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, López Obrador dice que a pesar de los pronósticos logró una relación fructífera y de respeto.

“En razón de la crisis sanitaria, le planteé que se eliminaran temporalmente las comisiones por los envíos de dinero a México. Recuerdo que todavía no terminaba de redondear mi propuesta cuando ya estaba casi gritando: ‘No, no, no’”.

En materia económica, López Obrador reconoció que es muy difícil cumplir el compromiso de crecer 4% anual; “sin embargo, no tengo duda de que gracias a nuestra estrategia para enfrentar la crisis, sin deuda y ayudando a los más pobres, creceremos no a la tasa que proyectamos antes de la pandemia, sino 2% anual durante el sexenio”.

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