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Pese a los avances de las mujeres en todos los ámbitos, incluido el político, el país enfrenta este 2018 focos rojos de violencia política por razón de género a nivel municipal, en donde es probable que se incrementen las agresiones, alerta la magistrada electoral Mónica Aralí Soto Fregoso.

Es a nivel municipal donde se presenta la violencia política más cruenta contra las mujeres, al grado de agredirlas con machetes, látigos, exponerlas desnudas en plazas públicas para “castigarlas” por meterse en asuntos que aún hay quien cree que son de hombres.

Por eso, Soto Fregoso, magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), urge en entrevista con EL UNIVERSAL a tomar acción y detener ese fenómeno.

En 2018 habrá cifra histórica de candidatas en campaña y es previsible que crezca la violencia política en razón de género.

—Así es. Junto con la desigualdad se ha generado un fenómeno aparejado, que es la violencia; a veces es económica, sicológica, física, en donde las mujeres no son completamente libres para tomar sus decisiones y dependen de otras circunstancias o de un hombre o de la cultura patriarcal.

La violencia política por razón de género es por el hecho de que por ser mujer te estoy violentando, sólo por ser mujer. El rechazo, el odio que llega al feminicidio. Esta violencia se genera por ser mujeres y por ejercer la política, por tener el atrevimiento a dedicarse a una actividad que se había catalogado como actividad meramente masculina, porque es tomar decisiones, tomar el poder, incidir en el rumbo, en los destinos del país, del municipio.

Ahora van a elegirse más de 16 mil cargos y hay paridad en las candidaturas, y favorecer en ellas la postulación de mujeres no es violentar a los hombres. Hemos recibido quejas de hombres en ese sentido.

¿Están en deuda los legisladores dado que no han tipificado esto como un delito?

—Tenemos ese pendiente aún en el legislativo. Creo que ha habido esfuerzos importantísimos, pero la situación real es que hoy por hoy no hemos tipificado como delito la violencia política de género. Eso genera algunas situaciones como tener que interpretar la norma para hacerla caber en un tipo delictivo y entrar a resolver este tipo de violencia.

Han tenido resistencias y casos de violencia en los mismos tribunales...

—Sí, en los mismos tribunales tenemos casos de que en la propia integración se vive violencia política. Tenemos la falsa idea que la violencia política no les puede pasar a las mujeres que imparten justicia. Sí hemos tenido casos de magistradas, de consejeras, y han venido a la Sala Superior a denunciar violencia de sus pares. Por eso tenemos que fortalecer la cultura de la denuncia.

Hay en la expectativa del TEPJF comenzar a abordar también otro tipo de casos de violencia política

—La violencia política mata, lastima emocional, físicamente. Hemos tenido casos terribles donde mujeres han sido violentadas con machetes, con látigos, exhibidas en plazas públicas desnudas para ridiculizarlas y que tengan un castigo ejemplar.

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