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El ex líder nacional del PRD, Agustín Basave, anunció que su carrera como político concluyó, y al finalizar la 63 Legislatura regresará a la vida académica en la Universidad Iberoamericana, y a escribir un par de libros que se le quedaron en el tintero.

En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que entrará en un espacio de reflexión, en el que pensará si se queda en el sol azteca o renuncia al finalizar la Legislatura.

Sentado en la sala de su casa en Coyoacán, el diputado federal hace un balance de la actuación del PRD en la pasada elección. Reconoce que se equivocaron quienes pensaron que meterle miedo a la sociedad con Andrés Manuel López Obrador los haría ganar, “eso fue una tontería”, porque el sentimiento de la elección no era el temor, sino el enojo.

Termina su ciclo como diputado. ¿Qué sigue?

—He decidido dejar la política. Cuando digo política me refiero a la política profesional, militante. Seguiré haciendo política desde la sociedad civil, en defensa de causas, en apoyo a movimientos, pero desde la academia. Terminando la Legislatura me regreso a la Universidad Iberoamericana, de donde soy profesor investigador; seguiré analizando la situación política del país, escribiendo mis artículos en EL UNIVERSAL. Tengo dos libros en el tintero que quiero escribir.

¿Se va satisfecho?

—Hice lo que tenía que hacer, me siento satisfecho con mi trabajo, presenté iniciativas que a mi juicio son valiosas. Por desgracia todas se quedaron en la congeladora del PRI.

¿Por qué se va?

—A diferencia de otros políticos, yo sufro la política más de lo que la disfruto. No soy un político natural, que solamente piensa en términos de poder. La política es muy sucia en todo el mundo y en México más, y la sufro más de lo que la disfruto. También es cierto que hay una pequeña minoría de políticos honestos, chiquita, pero hay una minoría, y yo soy parte de esa minoría.

¿No regresaría más adelante?

—Nunca hay que decir ‘de esa agua no beberé’. En el PRD, por ejemplo, cuando fui presidente nacional le ganamos al PRI siete estados en alianzas, con esa satisfacción me voy: contribuí a debilitar al PRI-gobierno, a lo que llamo el ‘PRIñanietismo’, y ahora que en las elecciones el pasado 1 de julio perdió estrepitosamente el PRI, yo estaba en otra campaña, en la de Ricardo Anaya, y desde una campaña que perdió no se puede festejar , pero la verdad me dio gusto saber que se va el PRI.

¿Y qué pasará con su militancia en el PRD?

—No lo sé (...), tomaré la decisión cuando termine la Legislatura. No es una decisión que he tomado.

Su posible renuncia al PRD, ¿es porque no le convenció el PRD o por la academia?

—Estoy hablando a priori, porque todavía no entro a ese proceso, pero podría ser una combinación de ambas. No estoy pensando si renuncio al PRD, estoy pensando si me quedo o renuncio.

¿Cómo sintió al PRD en estas elecciones?

—En general lo que vi en las elecciones es un repudio al establishment, al sistema. Las elecciones se ganan por sentimientos, más que por ideas, y el sentimiento en México era y es el enojo. En eso se equivocaron muchos que hicieron el diagnóstico, que decían: ‘Le vamos a meter miedo a la gente como se le metió en 2006’, y eso era una tontería.

En 2006 el sentimiento era el miedo; en 2018 era el enojo, y son cosas diferentes. Eso de tratar de meterle miedo a la gente no funcionó, era al revés: era el enojo, y nadie más que Andrés [Manuel López Obrador lo entendió], que llevaba 18 años en la oposición y capitalizando eso. Ninguno de los otros candidatos pudo tomar ese espacio. Meade representaba al sistema y Ricardo Anaya, porque no hubo manera o por el embate del gobierno en su contra, por lo que sea, no tomó ese espacio.

¿Se equivocaron en el Frente en la estrategia?

—No, no puedo decir que se equivocaron de estrategia, puedo decir que las circunstancias impidieron que se tomara ese espacio que de alguna manera Andrés dejó vacante en la recta final, cuando dijo que perdonaba a Peña Nieto.

¿Qué sigue?

—Ahora sigue para los partidos, supongo, una oposición inteligente, y para los ciudadanos apoyar lo que sea bueno para México y rechazar lo que sea malo. Andrés [AMLO] tiene una parte buena en su proyecto, una parte ostensiblemente positiva: que es un hombre honesto y austero. Ojalá, aunque creo que va a ser muy prudente en el manejo de las finanzas, que le inyecte una dosis de heterodoxia a la política económica para que nos salgamos del neoliberalismo. Peña Nieto restauró el autoritarismo del siglo pasado; me preocupa que López Obrador lo conserve y que lo sublime, que lo llegue a sublimar. Él no tiene que restaurarlo, ya lo hizo Peña.

¿Qué opina de Andrés Manuel?

—Ahora viene un Presidente mucho más popular que Peña Nieto, con muchísimo carisma, con un bono democrático inmenso, una luna de miel que va a ser larga, ese es el asunto, ¿dónde van a estar los contrapesos? Va a ser un mejor Presidente que Peña Nieto, no tengo duda.

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