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En Guerrero, recalcó Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, próximo coordinador del gobierno federal en la entidad, “tenemos muy claro que no habrá ni súper ni infra delegados. No se trata de que se genere algo por encima del poder público establecido y tampoco subordinaciones de nadie”.

Expuso que “no se trata de crear un conflicto con el gobernador, no se trata de que haya invasión de funciones, sino de que haya coordinación en estos ámbitos de gobierno. Nosotros somos federalistas, republicanos, creemos en la división y en la separación de poderes, y pensamos que hay ámbitos de acción”, expresó en entrevista con EL UNIVERSAL. El ex candidato a mandatario estatal por Morena en 2015 y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso guerrerense también señaló que será necesario revalorar las atribuciones de los municipios en temas como la seguridad pública.

Hubo celo, reticencias [las sigue habiendo] para este cargo de delegado único que anunció el presidente electo luego de ganar los comicios. ¿Cómo fue administrando este problema en el caso de Guerrero?

—Sí, y diría que se ha ido aclarando. Se especuló mucho sobre un fantasma de centralismo y de nuevas figuras que iban a venir. Creo que se ha ido aclarando. No es la creación de nuevas figuras, sino la simplificación de unas figuras que ya estaban. No es tener más funciones que otros sino simplificarlas, coordinarlas, ordenarlas, racionalizarlas. Eso ha ido bajando la tensión.

¿Entonces, ni superdelegado ni “dedo chiquito” del Presidente ni vicegobernador de Guerrero?

—No. Tenemos muy claro eso. No habrá ni súper ni infra. No se trata de que se genere algo por encima del poder público establecido y tampoco que se generen subordinaciones de nadie. Tenemos claro, sí, que se acabó la parafernalia del poder, la farándula política. Tenemos claro que debe dejar de haber gobiernos de privilegios, funcionarios con privilegios, y debe empezar a haber beneficios para la gente.

De cada peso que se gasta en un programa social, más de 40 centavos se quedan en la burocracia que se genera. Hay que reducir esa burocracia y aplicar los programas sociales con el total de los recursos que se destinan a ellos. No se trata de crear un conflicto con el gobernador, no se trata de que haya invasión de funciones, de que se encimen, sino que haya coordinación en estos ámbitos de gobierno. Nosotros somos federalistas, republicanos, creemos en la división y en la separación de poderes y pensamos que hay ámbitos de acción en los gobiernos.

También está muy claro que serán los presidentes municipales una parte fundamental en la función pública. Una parte que nadie ve. Lo que nos estamos planteando es que debe revalorizarse su papel. Se debe poner por delante este ámbito de gobierno que no se está visualizando ahora.

¿Cómo lo piensa hacer?

—Te decía: no hay un conflicto, no hay choque entre las funciones del gobernador y las que se van a delegar en esta figura de delegado, sino lo que hay son ámbitos de acción; entonces, se han planteando los programas integrales de desarrollo y las demás funciones que tiene el gobierno federal. El gobierno federal tiene exclusividad en algunas materias, especificadas muy bien en la Constitución. De esta forma, en esas materias el gobierno federal tendrá su ámbito de acción y en otras el gobierno del estado.

¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación del estado?

—Hay tres temas fundamentales que atender en Guerrero: la violencia, la pobreza. No baja la población en situación de pobreza y se gastan y se gastan recursos y no cambia. Y el otro tema es la corrupción, cómo se ejercen los recursos que no están llegando a la gente, y junto a este tema está otro: la impunidad. Todo esto genera un coctel donde no se pueden atacar los problemas sociales.

En el caso de la violencia, Sandoval hace un paréntesis. Dice que es como un velo que cubre todos los demás problemas de Guerrero. Un desbordamiento de la violencia que no nos está permitiendo ver los otros problemas como pobreza, educación, salud, vivienda. En cualquiera de los ámbitos de gobierno, en cualquier punto de atención a la población, estamos en los últimos lugares.

¿Qué se hará en torno a eso?

—Se tiene que atender a la población para que empiece a generarse bienestar y se active la economía. Es decir, los programas que implican una inversión directa no se reducirán a una beca o la construcción de un camino, sino a una derrama económica en el territorio. Planteamos que los recursos que se reciban en las regiones se gasten ahí, para reactivar la economía regional y que haya generación de bienestar.

Las opciones de los jóvenes se están reduciendo a dos cosas: pertenecer al crimen organizado o la migración. Los jóvenes generalmente migran, se están yendo, ya sea a Estados Unidos o al norte del país, a los campos agrícolas, como mano de obra esclava, en condiciones infrahumanas y dejan de estudiar, de tener vida productiva en el estado y el potencial que tenemos con el bono generacional, se pierde.

¿Cómo percibe el ánimo del gobernador Héctor Astudillo Flores, quien pidió a Andrés Manuel López Obrador replantear el nombramiento de los delegados únicos en los estados?

—Bien. Tuvimos una reunión con el licenciado López Obrador cuando vino en su gira. Una charla en buenos términos, donde se aclararon muchas de las dudas que había. López Obrador hizo una presentación con el gabinete del gobernador, con los diputados locales, de la figura del delegado, y después tuvimos alguna otra reunión para conocer la estructura de las delegaciones que hay. Confío en que prevalezca el ánimo de construir.

¿Cómo funcionará la delegación de Guerrero?

—Tendremos un equipo regional, siete por cada una de las regiones, que serán subdelegados, y tendremos un equipo temático sobre las funciones actuales de las delegaciones. Lo que queremos es que haya un expertise en cada rubro, pero en lo que haremos énfasis, es en que el perfil de cada uno sea de honestidad.

Guerrero tiene por lo menos 64 delegaciones y no se ve una lógica en su designación ni tampoco en cómo se asignan los delegados ni cuáles son las funciones que deberían de permanecer de manera indispensable. Se quitarán los gastos, el personal que estaba de manera redundante; habrá una serie de optimización, de racionalización del gasto de todos estos subdelegados.

¿Las 64 delegaciones se convertirán en coordinaciones?

—No sabemos si las 64. Lo que nos tocará es hacer una revisión de sus funciones y un planteamiento general de cuáles permanecerán. Algunas se fusionarán, algunas desaparecerán, otras se simplificarán. Esa reingeniería se está planeando.

¿Cómo se plantea el adelgazamiento de la burocracia?

—Lo primero que debo decir es que no habrá despidos de los trabajadores de base que están laborando. No estamos pensando en quitarle el trabajo a la gente. Habrá los cambios que hay en cada administración. Cada sexenio van cambiando los cuadros titulares de estas delegaciones. Lo único que pasará es que no habrá direcciones generales adjuntas, que hay cientos, ni asesores, choferes, guaruras, coordinadores de asesores, secretarias particulares, hasta cocineros había, pues.

Todo eso que podía tener un funcionario de este tipo, y ahora que ya está vigente la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, se ordenarán todos los gastos que tienen que ver con todos los sueldos que se perciben en la entidad.

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