A sus 34 años, Marco Antonio y su esposa Berenice fueron protagonistas de una hazaña médica que es poco usual. En el Hospital General de Zona (HGZ) No. 48 San Pedro Xalpa, médicos especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) les realizaron el trasplante de un riñón de donador vivo.

Debido a que Marco padecía hipoplasia renal, es decir, una disminución congénita del tamaño de dicho órgano, especialistas del Seguro Social estudiaron las posibilidades de que su esposa se convirtiera en donadora, y tras ello se decidió llevar a cabo el trasplante.

“Este es un caso no frecuente en donadores vivos, donde no tienen consanguineidad, pero existe el lazo amoroso como principal razón, al grado de que ella se somete a cirugía de extracción sin ningún compromiso”, comentó Juan Antonio Frías Rivera, cirujano general y encargado de la Unidad de Trasplantes en el HGZ.

Marco Antonio desarrolló insuficiencia renal crónica desde hace dos años. En un inicio se planeaba realizar el trasplante de manera anticipada, pero desarrolló la enfermedad por Covid-19 en diciembre de 2020 y por ello se optó por iniciar terapia sustitutiva con hemodiálisis, expuso Frías Rivera.

Desde hace más de un año se inició el protocolo para el trasplante con su esposa, de 36 años, una paciente joven, sana y sin antecedentes de importancia, además de que comparten el mismo grupo sanguíneo, factores que permitieron que ambos fueran compatibles, explicó el especialista.

Detalló que una persona sana puede donar un riñón y que, cuando se somete a algún potencial donador a protocolo de estudio, se valora integralmente y finalmente se presenta al comité de trasplantes; así, de acuerdo con todo lo anterior, se autoriza para la donación, con la primicia de proteger y mantener la salud de la persona donante.

La posibilidad de obtener un donante por muerte encefálica en el país es baja, hay un aproximado de 15 mil personas en espera de un riñón, con una tasa de donación de 3.6 por cada millón de habitantes, por lo que en México se tiene que disponer de donantes vivos; a diferencia de otros países, donde la donación por muerte encefálica es mayor.

En este trasplante participaron personal multidisciplinario, incluyendo al titular de la Oficina de Prestaciones Médicas del IMSS en la Ciudad de México Norte, José Antonio Zamudio González, y realizaron con éxito este procedimiento quirúrgico.

Desde el inicio de la pandemia este hospital fue asignado para la atención total de pacientes enfermos de Covid-19. Afortunadamente con la disminución de los casos y cambio de semáforo epidemiológico, se dan las condiciones para la reactivación del programa de trasplante, después de un año y medio de inactividad; aunado a lo anterior, la dirección del hospital y el grupo de trasplantes se han dado a la tarea de actualizar los protocolos de 117 pacientes en espera de un trasplante renal de donador cadavérico.

Por su parte, Berenice comentó que “poder donarle un riñón a mi esposo es darle vida, amor, bondad y una mejor calidad, porque como enfermos renales pasan muchos procesos, cambios, malestar. Es muy importante donar en vida porque todos podemos ayudar a mucha gente que está enferma”.

Destacó que el protocolo fue muy rápido y expresó su agradecimiento a los médicos por la “oportunidad de vida” que se le brindó a su esposo.

En tanto, Marco Antonio manifestó que lo hecho por su esposa “no es algo menor, estoy preocupado porque ella está sana y no quisiera que le pasara algo, tengo la esperanza de que todo salga bien”.

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