Desde hace dos semanas Laura Martínez de la Luz llega una hora antes de que inicie su turno como enfermera en el Hospital Dr. Manuel Gea González. Ese tiempo lo ocupa para recolectar cartas de los familiares de los pacientes con Covid-19.

Además de atenderlos en lo que antes era el área de medicina interna, en el quinto piso del hospital, decidió ofrecer esta alternativa a los familiares para animar a los enfermos de urgencias de ese piso y del sexto, incluso a quienes permanecen intubados y sedados.

En entrevista, afirma que no le teme a contagiarse de coronavirus y que previamente a que su hospital empezara a atender pacientes, permanecía angustiada por no saber lo que le esperaba, por lo que desde el primer día que atendió a uno se sintió más tranquila.

“El día que entré a Covid llegó mi tranquilidad, me encanta, el día uno que entré, salí sonriendo, porque detectas las necesidades que hay adentro y buscas estrategias para mejorar tanto en el personal como para los pacientes”, dice.

Comenta que la actividad de llevar cartas a los pacientes con Covid-19 ha sido muy gratificante para ella y para sus compañeras.

“De los pacientes que pueden leer, se las dejo y ellos las leen, hay pacientes que no saben leer y entonces se las leemos y también a aquellos que están intubados. [Actualmente hay 15 en el quinto piso, donde está Laura]. Optamos por dejárselas en la camita, en las cabeceras y si no se puede, se les deja en una bolsita para que cuando ellos despierten sepan que ahí están las cartas”, explica.

Independientemente de si el enfermo se recupera o no, una vez que deja el hospital, las cartas son desechadas para evitar contagios, por esta misma razón los pacientes no pueden enviar misivas a sus familiares, refiere.

“El primer día que entregué a un paciente, el hombre lloró, no pudo decirme gracias del llanto que soltó y ya lo dejé, luego regresé y le pregunté cómo estaba y me dijo: ‘Esto lo estaba esperando desde hace una semana, gracias.

“Te agradecen tanto y de verdad es muy gratificante para mí escuchar un gracias, un Dios te bendiga, es lo máximo”, platica.

Laura reconoce que entre el personal médico abunda la tristeza cada vez que un paciente muere por Covid-19, pues saben que la última ocasión que sus seres queridos lo vieron fue cuando ingresó a las instalaciones y ellos, que no son familiares, son las últimas personas que el paciente ve.

“Nos da tristeza y se nos llena el corazón de angustia y de rabia por toda esa gente que no cree y que nos dice que los estamos matando, realmente nosotros estudiamos para salvar vidas, no para matar”, lamenta Martínez de la Luz.

La enfermera, de 31 años, relata que lo más complicado de entregar las cartas de los familiares a los pacientes es no poder responder preguntas como: “¿Cuándo lo dan de alta?”.

Espera

Reyna Domínguez y Angélica, quien no quiso decir sus apellidos, son dos de los familiares de pacientes con Covid-19 que han sido beneficiadas por la iniciativa encabezada por la enfermera Laura Martínez.

Reyna permanece en el Gea González a la espera de que los médicos salgan a darle informes sobre el estado de salud de su hermana Rosa, quien permanece intubada y cuyo último parte no era prometedor.

“Tenemos ya como 14 días de que la señorita Laura empezó a pasar y desde ese día ahijados, sobrinos, todo mundo le manda saludos y le escriben entre toda la familia, un día una carta, otro día otra de otro familiar. Ella llegó un día que todos estábamos tristes por el informe que nos habían dado y fue para nosotros como un rayito de luz”, cuenta.

“Hoy el médico dijo que ya prácticamente las posibilidades para quitarle el ventilador y despertarla se desvanecieron, pero nosotros seguimos con fe de que va a salir de esto, vamos a esperar unos días a que se recupere”, agrega.

Angélica, cuyo cuñado permanece intubado, agradeció a la enfermera Laura por la labor que realiza, de llevar las cartas y leerlas a los pacientes que no pueden leerlas.

“Desde el primer día en el que ella se acercó [Laura], todos los días le mando [al cuñado] una carta para que le eche muchas ganas, porque aquí su familia lo está esperando, sus sobrinos, sus hermanos, toda la familia”, dice.

Ella aparece como responsable de su cuñado ante el hospital y, por lo mismo, es la encargada de relatar los buenos deseos y saludos de toda su familia en las cartas que le escribe diariamente.

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