Del movimiento estudiantil de 1968 en la Ciudad de México recordamos los eventos en Tlateloco, la condena de las instituciones educativas y la fuerte convicción de los escolares de terminar con los golpes del gobierno, pero, ¿cómo se dio ese grito de “¡basta a la represión!”?

Su punto de inflexión comenzó hace 55 años, con una rivalidad entre tres escuelas de nivel medio superior y la incapacidad de las fuerzas del orden público para detener las trifulcas de manera correcta.

Granaderos se excedieron

La tarde del lunes 22 de julio de 1968, alumnos de la secundaria y preparatoria Isaac Ochoterena —entonces incorporada a la UNAM— y miembros de las vocacionales 2 y 5 del IPN comenzaron una riña con rocas y ladrillos en la Plaza de la Ciudadela para después trasladar el pleito a las afueras de la Isaac Ochoterena, todo a causa de un partido de tochito.

Según declaraciones recabadas por EL UNIVERSAL, el conflicto entre las escuelas tenía casi un año gestándose y la trifulca de ese lunes se desató por la aparente provocación de Los Arañas y Los Ciudadelos, pandillas de seudoestudiantes que alteraron a los escolares.

Las autoridades no actuaron para terminar la pelea estudiantil. El entonces comandante de los granaderos, el teniente Alfonso Frías, dijo que el alumnado “no llamó a tiempo para detener la agresión”. Algunos jóvenes lo refutaron, argumentando que solicitaron la llegada de vigilancia durante los primeros minutos de la trifulca, que se extendió algunas horas.

Para las 10 horas del martes 23 de julio, miembros de la Isaac Ochoterena vandalizaron el exterior de la Vocacional 2 y para cuando los estudiantes del IPN trataron de contraatacar, un cuerpo de granaderos los agredió.

Entre la Ciudadela y calles aledañas, agentes públicos recibieron a preparatorianos y politécnicos con gas lacrimógeno y garrotazos. La confrontación se prolongó hasta las 13 horas.

Este diario llamó al evento una “torpe jornada policiaca”, pues los granaderos golpearon sin límites a varios estudiantes hasta que profesores y vecinos intervinieron para controlar los atropellos. El alumnado respondió con rocas y gritos, pero quedó rebasado.

“Prácticamente eran emboscadas las que tendían a los estudiantes (…) Parece que los granaderos inauguraron una táctica de ‘guerra de guerrilla’”, se leyó en el reporte de EL UNIVERSAL, publicado el miércoles 24 de julio. Se estimó un total de 3 mil alumnos y 200 policías involucrados.

Gran parte del estudiantado huyó a sus planteles, pero los granaderos ingresaron a la Vocacional 5 para golpear a alumnos y profesorado. El teniente Frías aseguró que esa no era la orden y prometió un castigo para los responsables.

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