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En 2014, Ashli Yeyetzin llegó a una Clínica de Crecimiento del IMSS. Entonces estaba por cumplir ocho años, pero medía 114 centímetros, lo que corresponde a un niño de seis. Le hicieron estudios y se corroboró que tenía una deficiencia de la hormona de crecimiento e hipotiroidismo adquirido.

Lorena Lizárraga Paulín, jefa de Endocrinología Pediátrica de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza, explicó que las alteraciones hormonales en el proceso de crecimiento de los menores de edad son causadas, comúnmente, por insuficiencia de hormonas tiroideas y del crecimiento, por lo que al sustituirlas, el resultado que se logra es evidentemente satisfactorio.

Subrayó que la atención multidisciplinaria de cada paciente incluye la vigilancia de la pubertad y que progresen los cambios acorde con su edad.

De ahí que destacara la importancia de acudir a la consulta mensual para recibir medicamentos y asistir cada tres meses a revisión para medición de peso y estatura, a fin de construir la curva de crecimiento, ver su evolución y ajustar tratamientos.

Como parte del Programa de Atención a Menores de cinco años, que se realiza en las Unidades de Medicina Familiar, el médico da seguimiento al desarrollo del niño, y cuando detecta alguna alteración, lo refiere al pediatra.

“Si encuentra que la causa de la estatura baja es de origen endocrinológico [hormonal], el paciente es enviado al servicio a su cargo, para complementar los estudios necesarios e iniciar tratamiento”, apuntó.

Agregó que si la causa es hipotiroidismo, el tratamiento consiste en la administración de hormona tiroidea en pastillas, y si se trata de deficiencia de hormona del crecimiento, se prescribe dicha hormona, cuya aplicación es diaria, en forma inyectable.

Lizárraga Paulín mencionó que el crecimiento es una característica presente en la infancia y habla del estado de salud de los niños. Este proceso puede tener diversas alteraciones, ya sea por factores genéticos, hormonales, nutricionales o ambientales.

Por ello, invitó a los padres a estar atentos al proceso de desarrollo de sus hijos y si en un momento detectan algún problema, acudan con su médico familiar para su valoración.

Actualmente, Ashli tiene 13 años y mide 1.56 metros, lo que hace evidente una ganancia excelente y prácticamente está a la par de sus compañeros.

Comentó que en relación a la estatura que los papás le heredan, la niña está prácticamente por arriba, y todavía tiene núcleos de crecimiento abiertos, cartílagos inmaduros, en los que actúa la hormona hasta llegar a la etapa final del crecimiento.

“Este es un caso de éxito que se logró por el apego de los padres que acuden a sus consultas”, destacó.

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