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La magistrada Janine Madeline Otálora Malassis renunció ayer a la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y argumentó: “La vida institucional de México vive una nueva época y el tribunal debe saber adaptarse a los cambios”.

Horas más tarde de que anunciara la dimisión para “facilitar la transición del tribunal”, el pleno de la Sala Superior eligió, ayer mismo, en privado y por unanimidad, al magistrado Felipe Alfredo Fuentes Barrera como nuevo presidente.

La presidencia de Otálora concluía hasta 2020, pero en diciembre el magistrado José Luis Vargas Valdés exigió su renuncia, luego de diferendos al resolver la elección de Puebla, el 8 de diciembre. Ahí, Vargas acusó que él y otros sufrieron presiones y por eso se rechazó anular los comicios donde resultó electa la gobernadora panista Martha Erika Alonso.

El 10 de diciembre, Otálora negó presiones y demandó probar y denunciar. La crisis estalló días después, cuando Vargas pidió públicamente su renuncia, acusó supuestas irregularidades en el manejo de “expedientes jurisdiccionales” y dijo que denunciaría.

El 18 de diciembre exigió discutir en sesión pública la permanencia de Otálora y el 20 de diciembre el TEPJF informó haber resuelto sus diferencias en unidad. Ayer, Otálora aseguró que entregó cuentas claras y se dijo dispuesta a la auditoría.

Desde que entraron en 2016, las tensiones han sido frecuentes en el tribunal electoral y en sesiones públicas los magistrados se han recriminado cambios repentinos de voto y “criterios a modo”.

La validez de las elecciones de Coahuila, en 2017; las tarjetas rosas, el registro al independiente Jaime Rodríguez Calderón El Bronco en abril de 2018; la anulación de elecciones de Monterrey, Nuevo León, en noviembre, y la validez de los comicios en Puebla fueron algunos de los casos en los que hubo diferendos.

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