Mariela Serna Murillo se embarazó sin saber que tenía un tumor en el útero que crecería a la par de su bebé .

Cuando sintió molestias visitó su clínica familiar , en donde le dijeron que la neoplasia medía 22 centímetros y debían extirparla.

Para hacerlo posible, un equipo multidisciplinario del IMSS extrajo el tumor y el feto. Éste último fue reimplantado en el cuerpo de la paciente para continuar con el periodo de gestación.

Con dolor y otros síntomas, la mujer de 34 años acudió a n ginecólogo particular, quien le comentó que la situación era delicada y quizá el feto no se lograría, por ello decidió ir a la Unidad de Medicina Familiar número 2.

“Fuera del IMSS recibí malos pronósticos para mi embarazo, sin embargo, al llegar aquí encontré médicos con tanta experiencia en estos casos que, tras valorar el mío, optaron de inmediato por la miomectomía, con muy buenos pronósticos para continuar con la gestación. Todo el personal fue muy amable y dispuesto a ayudarme”, contó la mujer.

La cirugía se realizó en el Hospital General de Zona número 3, en Aguascalientes, y consistió en una miomectomía, es decir, la extirpación del mioma o tumor en el útero, el cual ponía en riesgo la vida de la mujer y del feto.

Irene Carrillo Muñiz, coordinadora de Ginecología del Hospital, explicó que la cirugía fue compleja porque los médicos tuvieron que extraer y reimplantar el útero con todo y feto, debido a que la cirugía fue un éxito. Ahora solo hay que esperar que el feto tenga más de 28 semanas para programar una cesárea.

“Por el tamaño y peso del mioma, así como el propio crecimiento del feto; el cuerpo del bebé y algunos órganos de la madre empezaron a sufrir compresión y se advertía que el bebé podía ser aplastado o expulsado fuera del útero en cualquier momento, con riesgos muy altos para la integridad de madre e hijo”, comentó Carrillo Muñiz.

La interrupción del embarazo era la solución “inminente”, cuenta la coordinadora de Ginecología, pero de llevarla a cabo, la vida de la madre y del feto estaba muy comprometida, ante el panorama, un grupo de expertos se decidió por la miomectomía.

“La cirugía duró casi cuatro horas, se llevó a cabo por parte de un equipo médico conformado por cirujanos, ginecólogas, angiólogos, anestesiólogas, enfermeras quirúrgicas y demás personal de salud; todos capacitados y con amplia experiencia en estos procedimientos”, relató.

Al concluir con la extirpación del tumor, el feto fue reingresado al vientre materno, en donde continuará con su desarrollo y a partir de la semana 28 de embarazo, se podrá agendar una cesárea.

“Después de la cirugía, la paciente se recupera favorablemente y al día de hoy, el feto se encuentra en crecimiento y con datos de completa salud. Creemos que hay buenas condiciones para un embarazo exitoso pero además, la madre continuará bajo supervisión médica durante las semanas de gestación que aún deben transcurrir para que el bebé complete su desarrollo intrauterino”, aseveró Irene Carillo.

Agradeció además la disposición de los profesionales de la salud para que las derechohabientes sigan con su embarazo.

Desde una de las camas del hospital, mientras se recupera, la paciente agradeció la atención que le ha brindado el cuerpo médico del IMSS, por el momento espera que su hijo termine de desarrollarse y le indiquen cuándo se llevará a cabo la cesárea.

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