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El gobierno de México finalmente sí tuvo su representación en la toma de posesión, para su quinto mandato, del presidente de Nicaragua , Daniel Ortega .
En medio de críticas y presiones sociales a través de redes sociales, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador decidió que Ramiro Ayala Muñiz , quien está de encargado de negocios en la representación diplomática, sea quien represente al gobierno mexicano.
De inicio, se pretendió que fuera el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard , quien asistiera a la toma de posesión, sin embargo, quedó descartado toda vez que el funcionario federal encabeza la 33 Reunión de Embajadores y Cónsules de México, acreditados en el exterior. Se buscó entonces quién podría, ser. El segundo de a bordo era el subsecretario para América Latina y El Caribe , Maximiliano Reyes, de quien se descartó, aparentemente también por la reunión.
Ayer domingo, minutos antes de las 20:00 horas, personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores dio a conocer que el funcionario designado para asistir a la toma de posesión de Ortega, sería Martín Borrego Llorente, Director General para América Latina.
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Sin embargo, para las 21:15 horas se dio a conocer que ningún funcionario asistiría, bajo el argumento de la Reunión Anual de Embajadores y Cónsules.
Finalmente, ya para este lunes, se determinó que la representación mexicana recaería en el encargado de negocios de la embajada de México en Nicaragua .
Si bien México no se ha expresado abiertamente sobre el régimen de Daniel Ortega, en Nicaragua, sí llamó a su embajador, Gustavo Alonso Cabrera, a consultas, por la serie de manifestaciones que se registraron meses atrás en el país centroamericano.
Empero, el gobierno mexicano se ha opuesto a votar resoluciones, en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA), mediante las cuales se han hecho señalamientos sobre posibles violaciones a derechos humanos, ello a partir de detenciones y encarcelamientos de opositores al régimen.
Mediante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cuya presidencia pro témpore encabezó México dos años y recién entregó a Argentina, se decidió no hacer pronunciamiento alguno.
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