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En los cinco años de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (2019–2023), 32 mil 439 armas, entre cortas y largas, han sido aseguradas en las fronteras norte y sur del país.
De 2013 a 2017 —en el gobierno de Enrique Peña Nieto— se aseguraron 21 mil 268, mientras que en el mismo periodo de la gestión de Felipe Calderón Hinojosa el aseguramiento fue de 52 mil 488.
Lo anterior, con base en estadísticas de la Fiscalía General de la República (FGR) —que integró los datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Secretaría de Marina (Semar), Guardia Nacional (GN), fiscalías y procuradurías estatales— proporcionadas a EL UNIVERSAL a través de transparencia.
Es decir, en los 15 años documentados la FGR ha registrado 106 mil 195 armas incautadas en las fronteras norte y sur de México; de éstas, 40 mil 935 son cortas y 65 mil 260 son largas.
Con base en esas cifras —del 1 de enero de 2019 al 31 de diciembre de 2023—, las entidades del norte del país acumulan 88% del armamento asegurado: Baja California registra 22%; Tamaulipas, con 19%; Sonora, con 17%; Chihuahua, con 16%; Nuevo León, con 11%, así como Coahuila, con 3%.
Mientras que en la frontera sur reporta 12% de incautación: Quintana Roo, con 5%; Chiapas, 4%; Tabasco, con 2%, y Campeche, con 1%.
En la respuesta a la solicitud de información de esta casa editorial, la FGR destaca que, a partir de 2020, las estadísticas incluyen artefactos especiales asegurados en los ámbitos federal y estatal.
Sobre el incautamiento de armas especiales, como las de uso exclusivo del Ejército, de 2020 a 2023 se documentan 112, pero no se registran las que consideran de carácter reservado y confidencial.
Corrupción en las fronteras
Carlos Hernández Vázquez, excolaborador de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), expresa que la disminución puede tener diversas explicaciones, como la diversificación de rutas por parte de los traficantes.
“Los delincuentes cambian de rutas a efecto de prevenir la detección de las armas, y las autoridades mexicanas tienen que desarrollar mejores productos de inteligencia estratégica y operativa para observar las zonas que utilizan los traficantes”, refiere.
El experto precisa que otro factor es la relación de corrupción entre los traficantes y oficiales aduanales, lo que permite el poco aseguramiento de las armas.
El también profesor de la Universidad Anáhuac argumenta que esto incluso podría llevarnos a analizar los posicionamientos de grupos delictivos en las puertas fronterizas de nuestro país, además de la poca inversión en el mantenimiento y mejoramiento de la tecnología aduanal.
“En la administración [de Felipe Calderón] había procesos de mejora tecnológica en las aduanas mexicanas, pero se requiere actualizar y capacitar de manera constante al personal. La falta del correcto uso de la herramienta puede estar generando menos aseguramientos”, subraya el docente de la carrera de Inteligencia estratégica.
Exagentes de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos señalan a El Gran Diario de México que, durante la administración de Calderón, la colaboración entre la Oficina Federal de Investigación (FBI), el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y la Oficina de Investigaciones (HSI) del Departamento de Seguridad Interna (DHS) creció significativamente.
En tanto, las agencias de México —como la entonces Policía Federal y la Secretaría de Marina— establecieron mecanismos para el intercambio de información a fin de aprovechar la inteligencia y lanzar operativos, por ejemplo, contra los cárteles De Sinaloa, Los Zetas y Del Golfo. Los exagentes detallan que durante estos operativos era común decomisar una gran cantidad de armas y, en ocasiones, llegaban a rescatar personas secuestradas.
“Esta es la razón del porqué hubo más decomisos de armas durante la administración de [Felipe] Calderón. Este intercambio de inteligencia continuó por unos años en la gestión de [Enrique] Peña Nieto y se redujo significativamente durante la presente administración [de Andrés Manuel López Obrador]”.
Indican que se necesita fortalecer la revisión de vehículos que cruzan de Estados Unidos a México, además de mejorar la capacitación del personal aduanal y usar tecnología para detectar los puntos donde se esconden armas.
Carlos Gonzalo Blanco Rodríguez, abogado e internacionalista, precisa que el decomiso de armas cambia sexenio tras sexenio.
“En el caso de México, por ejemplo, está probado que la eficiencia de las aduanas ha tenido cierto déficit de atención, pasó de la administración civil a la militar y los efectivos no cuentan con la capacitación que tenían los civiles”.