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La carta que envió Andrés Manuel López Obrador a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) es el recordatorio de que el presidente de México no ha olvidado el apoyo que le dieron los maestros para llegar al cargo, coincidieron especialistas.

Aunque el documento que se dio a conocer el lunes por la noche no tiene ninguna validez legal, podría tener repercusiones en la elaboración de las leyes reglamentarias de la reforma educativa de 2019, en las cuales la CNTE tomará parte.

“En [esa] carta a la CNTE [López Obrador] le está hablando a un grupo que le ha mostrado apoyo, pero deja de lado a los demás maestros. Es un grupo minoritario y sectario, y es preocupante ofrecerles elaborar las leyes secundarias y un esquema de evaluación que es peor que el escalafón en términos de la importancia que le da a la antigüedad”, dijo Alma Maldonado, del Cinvestav.

Para Roberto Rodríguez Gómez, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, es alarmante que se les esté prometiendo a los maestros que la antigüedad en el servicio docente será el factor más importante a tomar en cuenta para la obtención de ascensos y promociones.

También le preocupa que al anunciar que se van a federalizar las plazas docentes, se le quitaría el control de la educación a los estados y se podrían echar atrás los avances que han logrado entidades como Sonora, Nuevo León, Aguascalientes y Guanajuato en mejorar el aprovechamiento escolar de sus alumnos, a través de su propia política pública basada en su contexto.

El lunes, el Presidente dio a conocer una carta dirigida a la CNTE en la que señala que los lineamientos a seguir, para redactar las leyes secundarias, incluyen que las promociones a dirección o supervisión y los estímulos económicos se entreguen tomando en cuenta en 40% la antigüedad en el servicio, 40% en trabajo en zonas marginadas y 20% en reconocimiento de padres de familia, alumnos y compañeros.

David Calderón, presidente de Mexicanos Primero, consideró que la publicación de esta misiva puede favorecer la idea entre los profesores de que se va a privilegiar una visión de la educación, que pertenece a una minoría de los maestros en el país; es decir, a la coordinadora.

Además, envía el mensaje erróneo de que es el Ejecutivo federal quien decide el contenido de las normas y no un proceso legislativo en el que se deben involucrar diversas voces y actores.

“Genera expectativas en los profesores que siguen el liderazgo de los docentes que ya están curados de espanto y son muy escépticos. Me preocupa que favorezca una idea sobre el contenido de las leyes.

“Estamos hablando de realidades que no se atendieron en su momento y que pueden ser causa de justa indignación, pero no pueden ser el parámetro para el país. La idea de que va a prevalecer el punto de vista de esta fracción minoritaria del magisterio, que no se considere que los procesos tengan que ser justos y transparentes para todos”, aseveró.

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