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Este fin de semana el otro gigante latinoamericano, Brasil, celebró su elección presidencial. Y de primera intención parece que otro candidato controversial, a decir de muchos populista y de extrema derecha, se alza con la mayor votación y deberá consumar el triunfo en ratificación en una segunda vuelta electoral.

El candidato de la ultraderecha Jair Bolsonaro @jairbolsonaro obtuvo el 46% de los sufragios con el 99% de las casillas computadas. Seguido en segundo lugar, aunque no muy de cerca por Fernando Haddad @Haddad_Fernando ‏ del Partido de los Trabajadores @ptbrasil ‏ quien obtuvo el 29.3%. Muy lejos se ubicó el candidato de centro izquierda @cirogomes Ciro Gomes, quien tuvo el 12.4% del total de los sufragios emitidos. Al no existir un candidato con el 50% más 1 del total de votos emitidos la legislación electoral brasileña obliga a una segunda vuelta, misma que se realizará el 28 de octubre próximo.

Esta elección estuvo marcada por la amplia polarización del electorado, tanto en redes sociales como en las calles. El político más popular y carismático de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva @LulaOficial preso desde abril de este año, no pudo participar en los comicios. Por eso ante la negativa de los jueces de permitirle estar en las boletas electorales, tuvo que declinar, apenas en septiembre, en favor de @Haddad_Fernando para que el @ptbrasil ‏no se quedara sin candidato presidencial.

Un hecho sin precedentes fue #EleNão (“Él no”), tendencia que saltó a las calles, miles de mujeres en más de 35 ciudades, incluida la Ciudad de México, Berlín, Buenos Aires, París, Londres, Lisboa, Nueva York, Washington y Barcelona; salieron a manifestarse en solidaridad con el movimiento impulsado por la página Mujeres unidas contra Bolsonaro.

#EleNão se convirtió así en un repudio contra Bolsonaro por parte de todas las minorías raciales, alcanzando un millón de firmas en Facebook y sumando hasta 10 mil simpatizantes por minuto.

Jair Bolsonaro @jairbolsonaro rebasó incluso sus expectativas de voto. Aunque las encuestas lo consideraban favorito tras la imposibilidad de @LulaOficial, al final obtuvo más votos de los proyectados. Bolsonaro lleva 27 años como legislador, y se caracterizó en la campaña por polarizar a la sociedad. Lanzaba constantes ataques contra las minorías, las mujeres, los homosexuales. Su nostalgia por la dictadura pasada hizo que el PT incluso lo comparara con Hitler.

Sin embargo, logró capitalizar el descontento social al dibujar un país al borde de la bancarrota económica, política y social. Criticó que narcotraficantes y políticos tuvieran sumido al país en la “anormalidad”. Y se pronunció por legislar a favor de que los ciudadanos pudieran portar armas para defenderse ante la creciente delincuencia.

Estos discursos cargados muchas veces de altas expectativas de bienestar también iban cargados de odio. Muchos brasileños lo consideraban un peligro para su nación. A un mes de los comicios Bolsonaro sufrió un ataque a cuchilladas en plena vía pública.

Luego de conocerse los resultados de la jornada dominical, las redes sociales son el reflejo de lo que está pasando en la sociedad brasileña. El 16% de los mensajes emitidos en los medios sociales digitales reflejan un respaldo absoluto para que el candidato de la ultraderecha gane en la segunda vuelta. El 30% liga este resultado al fin del “comunismo” en Brasil, y el dominio del Partido de los Trabajadores, a quienes la mayoría le endilgan la situación económica que ha dejado sin empleo a 13 millones de personas, y piden que haya un auténtico cambio y se echen abajo las últimas reformas económicas.

En contraparte el 6% de la conversación digital gira en torno al apoyo para Haddad y aseguran que con él la izquierda sigue presente en Brasil. E incluso el 4% lanzan la posibilidad de que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump @realDonaldTrump se encuentre detrás del triunfo de @jairbolsonaro.

Para los brasileños este resultado electoral es una salida a la crisis, real y de percepción. Aunque para el mundo manda señales de que los reacomodos de la geopolítica, tienden al populismo, ya sea de derecha o de izquierda.

Los electores brasileños confirman que la polarización y el discurso favorable al cambio radical, no importa la ideología o corriente a la que sea antagónica, predomina en el ecosistema digital, y cada vez mas se traduce esto en votos sin respetar fronteras geopolíticas. Los fenómenos y quimeras político/ciudadano/antisistema llegaron para quedarse, al menos este ciclo electoral.

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