En diciembre de 2014, informó de la localización de en una hoguera en la llamada Barranca de la Carnicería en Cocula, Guerrero.

En ese entonces señaló que una pequeña hoguera con restos de leña quemada, llanta, alambres y fragmentos de restos óseos fue localizada por la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), quienes aseguraron que una persona fue destazada y calcinada en el lugar.

La barranca se encuentra ubicada a 2 kilómetros del basurero de Cocula y en aquel tiempo la teoría de la UPOEG señalaba que quien pudo haber sido calcinado ahí era el estudiante de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa , Alexander Mora Venancio , uno de los 43 normalistas desaparecidos entre el 26 y 27 de septiembre por la organización Guerreros Unidos .

“Encontramos indicios que ahí quemaron. Encontramos restos de huesos, piedras, observamos que utilizaron llantas (…) Nadie va a venir a quemar un animal aquí. La teoría es que a Alexander no lo quemaron en Cocula, sino en otro lugar y creemos que fue aquí. Los restos en el río fueron sembrados”, había asegurado Miguel Ángel Jiménez Blanco, promotor de la UPOEG.

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“Desde hace ya más de un mes nos habían señalado este lugar. Un testigo ocular nos dijo que las llamas no fueron en el basurero”, comentó Miguel Ángel durante un recorrido en el que EL UNIVERSAL participó.

UPOEG ubicó el lugar

Tras una exhaustiva búsqueda entre noviembre y diciembre de 2014, uno de los integrantes de la UPOEG fue quien ubicó la pequeña hoguera y le dio aviso a Jiménez Blanco.

Pero no sólo fue la pequeña fogata, sino que metros más arriba se encontraron dos lugares en donde la tierra fue removida.

Lo que los hizo adentrarse a esa área fue que en la entrada encontraron evidencia de que alguien había estado ahí. Una botella de whisky y ropa fueron los objetos para indagar en la zona de La Barranca de la Carnicería.

De acuerdo con el promotor de la UPOEG, testigos le informaron que aquel día que se presume fueron calcinados los 43 normalistas de Ayotzinapa, el fuego no se originó en el basurero, sino más abajo. Precisamente en el nuevo lugar ubicado.

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Jiménez Blanco dijo en el recorrido a EL UNIVERSAL que quien comenzó la fogata en el nuevo sitio, supo lo que hacía pues controló el fuego; además que los huesos más grandes, como el cráneo, fue movido del lugar para desaparecerlo.

“Encontramos piedras, encima llantas y leña. Puede ser que la persona fue quemada en pedazos, pero lo que sí sabemos es que los huesos más grandes se los llevaron. Si observan la lumbre no está extendida, fue controlada”, comentó.

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