Las pistas de aterrizaje clandestinas aseguradas y destruidas en el norte del país, usadas para traficar droga, disminuyeron 92% en la presente administración debido a que las autoridades abandonaron estas acciones y están más concentradas en incautar fentanilo o metanfetamina, consideran especialistas.

En los cinco años de la gestión de Andrés Manuel López Obrador se registró una baja de mil 337 pistas en comparación con el mismo lapso del gobierno de Enrique Peña Nieto.

De 2019 a 2023 se aseguraron y destruyeron 119 pistas clandestinas. En 2019 fueron 66, en 2020, 18; en 2021, 15; en 2022, ocho, y en 2023, 12, según datos abiertos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

En los cinco años de Peña Nieto, de 2013 a 2017, se incautaron mil 456 pistas. En 2013, 188; en 2014, 354; en 2015, 556; en 2016, 216, y en 2017, 142.

Entre los estados con el mayor número de pistas de aterrizaje clandestinas aseguradas y destruidas entre 2019 y 2023 se encuentran Baja California Sur, con 33; Sinaloa, con 21; Sonora, con 18; Chihuahua, con 17, y Durango, con ocho.

Alexei Chévez, consultor en temas de seguridad, refiere a que han abandonado la erradicación y detección de pistas clandestinas, que antes correspondía al área de Servicios Aéreos que estaba a cargo de la entonces Procuraduría General de la República (PGR). “No hay equipo… Sedena lo abandonó hace rato. Anteriormente acudían un elemento del Ejército, un marino y un piloto de la PGR, y se trazaban rutas y coordenadas para detectarlas. Hay que recordar que las pistas normalmente no están a flor de carretera… entonces bajaba personal militar con pico y pala para trozar la pista”, asevera.

Lee también:

Funciones

Chévez explica que las pistas clandestinas tienen dos funciones: recibir vuelos que vienen de Sudamérica, por ejemplo, Colombia, y que pueden aterrizar en México para descargar cocaína. Comenta que son pistas para aviones medianos como jets ejecutivos y la droga es trasladada por tierra a la frontera norte.

La otra función es sacar de la sierra amapola y enervantes empleando avionetas como las Cessna 210 o Cessna 182, entre otras.

Armando Rodríguez, especialista en seguridad e inteligencia, señala que la facción de Los Chapitos ha recibido embates de las fuerzas de seguridad a través del desmantelamiento de pistas. “El uso de las pistas es importante para el tráfico de cocaína y heroína, pero [ahora] el gobierno orienta su esfuerzo principalmente a efectuar aseguramientos de metanfetamina y fentanilo en puertos marítimos”, detalla.

Explica que en gran medida dedica su esfuerzo a los puertos y deja de brindar recursos a las partes terrestres y aéreas, en tanto los grupos criminales siguen construyendo y empleando pistas clandestinas.

Rodríguez resalta que la cocaína es uno de los narcóticos de mayor consumo, que se ha mantenido estable y es un mercado rentable para los grupos criminales.

“Siguen utilizando las mismas rutas aéreas, pero la atención de Estados Unidos y del gobierno federal ha orientado sus recursos al fentanilo y metanfetamina”, comenta.

El consultor en inteligencia, prevención y libertad de expresión sostiene que las pistas son utilizadas por avionetas, con dimensiones suficientes para poder transportar una cantidad que resulte rentable de cocaína o heroína.

Abunda que las avionetas son más útiles que los helicópteros porque pueden viajar a mayor velocidad y por trayectos más largos, a diferencia de los primeros, que son más lentos y de alcance limitado.

El experto resalta que en el caso del Cártel de Caborca, dirigido por Rafael Caro Quintero, éste le disputaba rutas a Los Chapitos, en Guachochi, Chihuahua.

Subraya que la parte sur de Chihuahua casi colindante con los municipios de Angostura y Choix en Sinaloa son una zona de operación sobre todo de los hijos de El Chapo, es decir, tienen predominio, pero también opera ahí la facción de Ismael El Mayo Zambada.

“El mayor tráfico de droga es en la zona que controlan Los Chapitos en Chihuahua, Sinaloa y Baja California Sur, que están en un mismo perímetro aéreo y marítimo”, argumenta el especialista.

Agrega que Baja California Sur retomó importancia en los últimos ocho años, en los que se empezó a utilizar para el tráfico marítimo y aéreo. “Son rutas diversificadas, pero en ese perímetro es la facción de Los Chapitos la que opera”, dice.

Alberto Hidalgo, perito en el área de delincuencia organizada y pandillas, considera que las pistas se concentran en el norte porque no hay forma de rastrearlas y pueden almacenar mercancía o combustible para las aeronaves.

Indica que las pistas son inutilizadas por los uniformados con piedras; “pasan una retroexcavadora y hacen marcas para que no puedan aterrizar”, afirma.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios