El presidente reconoció que el tema de la seguridad es un desafío político porque si no pacifica a México, por más que se haya hecho, “no vamos a poder acreditar históricamente a nuestro gobierno”.

En su conferencia de prensa, en Palacio Nacional, se refirió a la reunión de ayer con gobernadores electos y en funciones de Morena donde se acordó seguir trabajando de manera coordinada para enfrentar la violencia en las regiones del país, sobre todo en reducir los homicidios.

“Con esta reunión y con otras, vamos a seguir fortaleciendo el trabajo coordinado, yo tengo confianza que vamos a seguir avanzando hasta pacificar al país, es un desafío, es una responsabilidad, es una convicción, si no terminamos de pacificar a México, por más que se haya hecho, no vamos a poder acreditar históricamente a nuestro gobierno”.

El presidente López Obrador señaló que es un desafió político porque sus adversarios hasta se frotan las manos, porque ahora se lleva una estrategia distinta para combatir la violencia.

“Ellos porque son conservadores, autoritarios, son partidarios de la mano dura, de las medidas coercitivas, de cárceles, leyes más severas. Se acuerdan como era antes que se ponían frente a las cámaras y decían: no me va a temblar la mano, la ley es la ley. No, esas son balandronadas, lo que se tiene n que hacer atender las causas y gobernar con el ejemplo, ellos no fueron un buen ejemplo, porque actuaron también como delincuentes”.

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Señaló que en las administraciones pasadas delincuencia y autoridad eran lo mismo, por ello, insistió en es que es desafío decir que hay otra forma de enfrentar la violencia.

“No es el mátalos en caliente, no es la tortura, que era una práctica lamentablemente usual hasta hace poco, las masacres, el que en un enfrentamiento los que quedaban heridos, los remataban, eso no. Se ríen y se burlan de que he dicho que ´abrazos no balazos´ y vamos a demostrar que funcional”.

kl

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