Nueva York, EU.— Tras realizar una enérgica crítica contra la corrupción y el neoliberalismo —como factores que agravan la desigualdad en el mundo—, el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que nunca en la historia de Naciones Unidas se ha hecho algo “realmente sustancial en beneficio de los pobres”.

Al presidir la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y retomando su lema de campaña electoral: “Por el bien de todos, primero los pobres”, el Jefe del Estado mexicano anunció que en la próxima Asamblea General de la ONU México propondrá un Plan Mundial de Fraternidad y de Bienestar para garantizar la vida digna de 750 millones de personas pobres, pero con base en el modelo de los programas sociales que impulsa su gobierno, como Sembrando Vida, así como las pensiones universales para adultos mayores.

Acompañado por Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, y por el embajador ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, el Mandatario federal detalló que un fondo de un billón de dólares anuales se puede obtener de cobrarles un impuesto a las mil personas más ricas del mundo, a las mil corporaciones más grandes y a los países del G20.

AMLO propone que los más ricos ayuden a los pobres
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“Nunca en la historia de esta organización [ONU] se ha hecho algo realmente sustancial en beneficio de los pobres, pero nunca es tarde para hacer justicia. Hoy es tiempo de actuar contra la marginación atendiendo las causas y no sólo las consecuencias. A tono con esta idea, en los próximos días la representación de México propondrá a la Asamblea General de la ONU un plan mundial de fraternidad y bienestar. El objetivo es garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares diarios”, subrayó López Obrador.

Siguiendo con su política de acabar con el intermediarismo, señaló que, de aprobarse su propuesta, este fondo se entregaría de manera directa mediante una tarjeta o un monedero personalizado, como ocurre con sus programas sociales en México.

“Porque cuando se entregan fondos, supuestamente para ayudar a los pobres, a organizaciones no gubernamentales, de la sociedad civil o a otro tipo de instituciones, no quiero generalizar, pero en muchos casos ese dinero se queda en aparatos burocráticos, en pagar oficinas de lujo, en mantener asesores, o se desvía y termina por no llegar a los beneficiarios”, argumentó.

Señaló que el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían colaborar en la creación de la estructura requerida y desde 2022 hacer un censo de las personas más pobres del mundo y, una vez definida la población objetivo en cada país, “comenzar a dispersar los recursos para el otorgamiento de pensiones a adultos mayores, a niñas y niños con discapacidad, becas a estudiantes, apoyos a sembradores y a jóvenes que trabajen como aprendices en actividades productivas, así como hacer llegar vacunas y medicamentos gratuitos”.

Confió en que ninguno de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se oponga a su propuesta, pues “ésta no se refiere a armas nucleares o invasiones militares, ni pone en riesgo la seguridad de ningún Estado, por el contrario, busca construir estabilidad y paz por medio de la solidaridad con quienes más necesitan de nuestro apoyo. Estoy seguro que todas y todos, ricos y pobres, donantes y beneficiarios, vamos a estar más tranquilos con nuestra conciencia y viviremos con mayor fortaleza moral”, indicó.

Acusó a la corrupción de ser la causa principal de la desigualdad, la pobreza, la violencia, la migración y de graves conflictos sociales, y calificó como “un doloroso y rotundo fracaso” el mecanismo COVAX, creado por la ONU para la distribución de las vacunas contra el Covid-19, pues expuso que mientras las farmacéuticas han vendido 94% de las vacunas, el mecanismo sólo ha distribuido 6% de las dosis a los países pobres.

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