Apenas se dio a conocer el acuerdo de culpabilidad de por cargos de evasión fiscal y posesión ilegal de un arma, los republicanos se lanzaron a la yugular del presidente Joe Biden, señalando que encabeza a una familia corrupta.

A unas semanas de que Biden confirmara que buscará la reelección en 2024, la noticia, que coloca en el clímax una investigación iniciada hace cinco años, es un golpe para un mandatario impopular que tiene otro gran factor en contra: su edad. La vida turbulenta de Hunter Biden ha convertido a su padre en el blanco perfecto y en un momento muy vulnerable: cuando más de 50% de la población desaprueba su gestión y se cuestiona si, con 80 años, Biden debería pensar en otro periodo de cuatro años.

Biden se ha mantenido firme en su apoyo a Hunter y volvió a hacerlo después de que fuera acusado de posesión ilegal de un arma y de evasión fiscal, según lo que revela un documento judicial hecho público por el fiscal de Delaware, David Weiss. “El presidente y la primera dama aman a su hijo y lo apoyan mientras sigue intentando reconstruir su vida”, dijo en un comunicado un portavoz de la Casa Blanca, Ian Sams. Luego, el propio Biden declaró estar “muy orgulloso de mi hijo”.

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Hunter aceptó un acuerdo con la fiscalía para declararse culpable de los dos cargos, admitiendo que no declaró al fisco los ingresos que recibió en 2017 y 2018 y no pagó por ellos sino hasta después y que mientras estaba intoxicado tenía en su poder un arma de fuego —algo que prohíbe la ley—. Al declararse culpable, pretende que la fiscalía recomiende para él libertad condicional en el caso de la evasión y un programa de supervisión comunitaria para el tema de sus adicciones —que él asegura ya dejó atrás.

Sin embargo, como ya ocurrió en el pasado, cuando sus videos con prostitutas y drogas le sirvieron de arma perfecta al republicano Donald Trump para lanzarse contra Biden por “tapar” a su hijo, los escándalos de Hunter, el “hijo incómodo”, golpean de lleno a Biden, en el momento menos indicado: a unas semanas de que anunció que va por la reelección, y con los republicanos encima.

Trump, quien aspira volver a la Casa Blanca, a pesar de sus varios líos judiciales que podrían terminar con él preso, retomó con toda su fuerza la acusación de que los Biden, con Hunter a la cabeza, se hicieron de millones gracias a negocios turbios en China y Ucrania. Biden siempre ha negado las acusaciones de corrupción.

Trump añade de su cosecha una comparación entre la cacería de brujas que, dice, ha emprendido el gobierno en su contra, y el “trato suave” con Hunter, aunque sus casos, las acusaciones contra uno y otro no tienen nada que ver. Trump es señalado por llevarse y mal usar documentos clasificados de la Casa Blanca; por su rol en el asalto al Capitolio; por sus intentos de bloquear el triunfo de Biden en Georgia... Trump no es el único. El líder de los republicanos en el Congreso, Kevin McCarthy, se sumó a la acusación de este supuesto “doble rasero”: “Si eres el principal oponente político del presidente, el DOJ tratará de enviarte directamente a la cárcel, pero si eres el hijo del presidente obtendrás un acuerdo favorable”.

Falta por ver qué decide el juez en el caso Hunter, qué más revelaciones saldrán a la luz. Está pendiente la investigación de los republicanos en el Congreso sobre los negocios del hijo del mandatario. Por lo pronto, esto impacta negativamente la imagen de por sí devaluada de Biden. A su favor juega que Estados Unidos aún está lejos de noviembre de 2024 y puede surgir algún otro escándalo que opaque al de su hijo.

Con información de agencias

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