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Berlín.— En Alemania, cuyo sistema de gobierno es una democracia parlamentaria, el cargo de canciller federal no se elige directamente, sino que se escoge mediante una votación del Bundestag, la Cámara Baja del Congreso, después de formar un gobierno. Por ello, Angela Merkel podría continuar al frente del gobierno durante semanas o incluso meses.
Después de años de coaliciones de dos partidos, en esta ocasión podrían ser necesarios tres partidos para alcanzar una mayoría, algo común en los parlamentos regionales de Alemania, pero que no se ha visto a nivel nacional desde la década de 1950.
En la mayoría de los sistemas parlamentarios, el jefe de Estado nomina a un partido para que forme gobierno, generalmente el que tiene más votos. Pero en Alemania, todos los partidos pueden participar en las llamadas “conversaciones exploratorias”.
En esta fase inicial, que no tiene plazo, nada impide a los partidos sostener conversaciones en paralelo para formar coaliciones, aunque la tradición dicta que el partido más grande invita a los pequeños para conversar.
Este lunes, los partidos tendrán reuniones de dirigentes. Los legisladores recién electos de cada partido también sostendrán sus primeras pláticas la próxima semana, y los socialdemócratas (SPD), que quedaron ligeramente arriba en las elecciones de ayer, y la alianza conservadora gobernante: la Unión Demócrata Cristiana, con los socialdemócratas bávaros (CDU/CSU) piensan juntarse el martes.
El nuevo parlamento deberá sostener su sesión inaugural no más de 30 días después de la elección, el 26 de octubre.
Si dos o tres partidos acuerdan en principio que quieren formar una alianza, deberán comenzar negociaciones formales de coalición, con varias reuniones de grupos para definir temas de política. Al final de estas negociaciones, los partidos deciden quién estará a cargo de cuáles ministerios y firman un contrato de coalición, un documento que define los términos del acuerdo.
Esta fase tampoco tiene plazo límite, y mientras se desarrolla, el gobierno actual continúa en funciones. Los partidos nominan entonces a quién quieren ver como canciller antes de la votación oficial en el Bundestag.
Después de la última elección alemana, el 24 de septiembre de 2017, Merkel no fue confirmada como canciller en una coalición del CDU/CSU con los socialdemócratas, sino hasta el 14 de marzo de 2018.
Según el artículo 63 de la Constitución alemana, el jefe de Estado debe proponer un potencial canciller al Bundestag. Si no surge una alianza entre los partidos, el presidente Frank-Walter Steinmeier, del SPD, podría nominar un posible canciller, que podría salir del partido con la mayor cantidad de votos. El parlamento deberá votar en secreto, y el candidato ganador deberá obtener una mayoría absoluta.
En caso de no alcanzarla, se da una segunda votación dos semanas después. De no haber mayoría absoluta, de inmediato hay una tercera en la que puede darse un ganador con mayoría relativa. El presidente debe decidir entonces si nombra al canciller como jefe de un gobierno de minoría o si disuelve el Bundestag y convoca a nuevas elecciones.