Texto y fotos actuales: Alejandra Arriaga

Diseño web: Miguel Ángel Garnica

En esta época navideña y de posadas aún podemos escuchar rezagos del latín cuando la gente camina cargando a los peregrinos y canta una oración, quizá sin conocerlo repiten todos en un mismo tenor, ora pro nobis , (ruega por nosotros), entre otros. El latín, a pesar de ser una lengua muerta, es el idioma oficial de la Iglesia Católica.

Para quien asiste a una misa católica le es común observar al sacerdote de pie frente al altar y que los fieles asistentes participen con responsorios, lecturas, oraciones y en la comunión. No es usual que en nuestros días el padre imparta la ceremonia en latín y de espaldas con todo el protocolo con el que se hacía antes.

La Capilla de la Inmaculada Concepción se ubica en Eje Central número 2 esquina con José María Izazaga y Arcos de Belén, cerca de la estación del Metro Salto del Agua. Es la única iglesia en la capital que fue autorizada por la Arquidiócesis de México para ofrecer misas en latín, aunque en Guadalajara cuentan con otras sedes, pertenecientes a la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro.

Los asistentes son pocos, durante la misa dominical las bancas de esta pequeña capilla se saturan, a diferencia de las ceremonias entre semana.

Las mujeres tienen que portar un velo al entrar y los hombres deben descubrir su cabeza. Por ello, cuando ingresamos al templo uno de los monaguillos nos pidió que nos cubriéramos la cabeza con una de las prendas que tienen en préstamo para las mujeres que acuden por primera vez o que lo olvidaban.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

De lunes a sábado a las 12:00 de la tarde y a las 7:00 de la noche; y los domingos a las 10:00 de la mañana y a las 12:30 de la tarde los creyentes católicos asisten a escuchar la misa en latín que se imparte en este recinto.

Causó extrañeza la voz autoritaria del joven cuando el manto se deslizó un poco hacia atrás: “¡señora!, el velo”, mientras explicaba el misal para prepararnos al momento de iniciar el culto.

Según el sacerdote Kenneth Fryar, rector de la Capilla de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción y miembro de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, la carta de San Pablo explica que se debería de rapar a la mujer que ora sin tapar su cabeza, pues falta a Dios; es el mismo caso para los hombres que cubren su cabeza.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

La ceremonia en latín se realiza en completo respeto por parte de los devotos y ellos mismos reprueban las faltas que consideran inapropiadas durante el rito, como por ejemplo que un niño se encuentre jugando en plena misa.

Por otra parte, a consideración del Padre Salvador Barro Maldonado, director de la Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México, el velo corta la relación con el mundo para evitar distracciones, pero una parte importante de la celebración es tener un encuentro con Dios y con los demás.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

Padre Salvador Barro Maldonado, director de la Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México, diciembre 2018.

En esta peculiar capilla se puede tomar un misario que se puede leer en latín y en español, el cual indica las posturas requeridas durante toda la ceremonia religiosa sea según el rezo: ponerse de pie, arrodillarse o sentarse son algunas de las instrucciones. El texto explica a los primerizos algunos temas, como el uso del velo, el idioma latín, y la postura de espaldas del clérigo hacia los feligreses.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

La mayor parte de la misa se dice en este antiguo idioma; sin embargo, durante unos minutos el padre habla en español para dar algún aviso de interés a la comunidad. Este misal fue cortesía del padre Kenneth.

Casi entre murmullos se alcanzan a escuchar rezos y plegarias en esta lengua muerta. Esta es la Misa Tradicional, también conocida como Misa en Latín o Misa Tridentina. El latín es la lengua oficial de la Iglesia Católica desde la expansión del Imperio romano y por ello se oficia de ese modo.

En la primera visita a la misa en latín, el monaguillo recomienda no tratar de seguir al pie de la letra el misario, debido a su complejidad. Aunque esta reportera ya conocía la lengua, fue complicado seguir el paso, pese a que este idioma tiene cierta similitud con el español, en algunas ocasiones se perdió en el culto.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

El misal contiene las oraciones que se rezarán y las instrucciones de lo que se debe hacer en el momento requerido.

A diferencia de la misa en castellano, en el culto dominical de la celebración latina el sacerdote entra por la puerta principal escoltado por los monaguillos, mientras el coro canta y los asistentes inclinan sus cabezas a su paso. Durante la ceremonia a veces él reza en voz alta para que todos oigan, otras tantas para sí mismo.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

Por una ocasión excepcional, el pasado 20 de octubre se ofreció una misa en latín en el Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica, ubicada a un costado de la actual Basílica de Guadalupe.

Esta no es su única característica, el rito es totalmente diferente, el padre oficia la ceremonia de espaldas a los asistentes, la hostia se recibe obligatoriamente de rodillas, los feligreses no pueden ingresar al altar y durante la ceremonia hay varios silencios para la reflexión.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

En las misas más tradicionales está mal visto ingresar al templo sin velo o hacer demasiado ruido durante el ritual. Capilla de la Inmaculada Concepción, noviembre 2018.

Algunas personas prefieren mantener las tradiciones, por ellas se conserva la misa tradicional. De acuerdo con Kenneth, el latín no es lo importante, lo primordial es su rito, los simbolismos.

“El sacerdote está del mismo lado, como los fieles… mirando hacia el altar, donde está Dios. En realidad el cura es empleado de los fieles y su representante en el altar”, comenta el rector de la Inmaculada Concepción.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

Ahí todos cumplen su función en el momento indicado, el padre, los monaguillos y la mayoría de los asistentes saben en qué momento hacer una reverencia, pararse o sentarse, según la ceremonia lo requiera, incluso, cuando se pronuncia la palabra “Jesús” se inclina la cabeza. Capilla de la Inmaculada Concepción, noviembre 2018.

Según Leonardo Rioja, secretario auxiliar en el Secretariado Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México, antes cuando el padre daba la misa de espaldas impedía a los feligreses observar lo que hacía y la gente no entendía, por esta razón se determinó que el sacerdote celebrara la misa de frente al pueblo.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

Leonardo Rioja, secretario auxiliar en el Secretariado Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México, diciembre 2018.

Las buenas costumbres

“No es propio”, dijo una mujer cuando el equipo de video y fotografía de este diario intentó documentar el culto y pese a tener autorización del padre Kenneth ella impidió cualquier grabación. En la misa tradicional los mismos congregantes marcan las pautas.

Durante el culto un pequeño de cinco o seis años jugaba. Aunque es un comportamiento propio de su edad, esto no lo salvó de las miradas inquisidoras de toda una familia, la cual volteaba a verlo, en espera de que cesaran sus juegos.

En el siglo XIX, cuando aún eran comunes las misas en latín, se publicó un libro que indicaba las normas requeridas para convivir en sociedad: el Manual de Carreño: urbanidad y buenos modales.

Manuel Antonio Carreño explicó las pautas para convivir en la sociedad de aquel entonces, dedicó una sección al modo de conducirse dentro del templo: los devotos debían honrar el recinto, no socializar dentro de él y de ninguna manera mirar a una persona del sexo opuesto; no podían ingresar si el lugar ya estaba lleno, además se prohibía perturbar a los demás con el volumen de los rezos, también indicaba que en un país extranjero no se debía visitar un templo durante alguna celebración.

“No deben de asistir niños muy pequeños que puedan perturbar la tranquilidad de los demás, ni perros”, escribió Carreño. Sin embargo, los tiempos han cambiado, las personas ya no cumplen al pie de la letra dichas indicaciones.

En las misas actuales, donde no se exige tanto el completo cumplimiento del protocolo, pueden ingresar otros visitantes, tal es el caso de “Toby”. Dulce, su dueña, cuenta que su familia asiste con regularidad a las misas junto con su mascota, un perrito, su padre lo lleva para recibir la bendición.

“En otra ocasión, en Azcapotzalco, se puso a ladrar como loco, porque la de las limosnas se acercó, hasta que el padre dijo que los perros no se permitían en la iglesia y pues me salí, mientras todos me juzgaban, pero se supone que todos están permitidos en la iglesia y mi Toby era discriminado…no siempre era igual, una vez cuando se estaban dando la ‘paz’ todos lo acariciaban”, narró Dulce.

El origen de las misas en latín

De acuerdo con Leonardo Rioja, con el emperador Constantino se permitió la práctica del cristianismo. La celebración empezó primero en Roma, luego en todo el mundo, la Iglesia Católica de occidente usó el Latín como lengua oficial en sus documentos y en sus celebraciones.

El Vaticano II recogió las inquietudes de que la gente entendiera la misa y hubiera más integración por parte de fieles católicos. Hasta 1963, con el Sacrosanctum Concilium, se autorizaron otras lenguas, 10 o 15 años después concluyó el proceso.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

Plana del 24 de diciembre del 1960, donde se invita a la ciudadanía a asistir a la misa en español.

En las planas de este diario se puede leer el 30 de noviembre de 1964 sobre los cambios significativos que se dieron para llegar a las misas en la lengua vernácula. El primer cambio fue en el siglo IV, cuando se designó al Latín como lengua oficial de la Iglesia Católica.

Con el paso del tiempo esta lengua se consideró muerta, pero la Iglesia lo sigue utilizando como idioma universal. Para finalmente cambiar a la lengua de cada país con el Concilio Vaticano II, aprobado por el Papa Paulo VI.

La palabra “misa” proviene del verbo latino mittere, significa “enviar”; por eso la celebración concluye con la frase Ite missa est , es decir, “ve a poner en práctica”, “te envío”, “ve y vívelo”, “haz lo que celebraste y compártelo”.

A consideración de algunos fieles la Misa Tridentina tiene más veneración, como Luz María Arellano, quien hace un año comenzó a asistir al rito en el templo de la Inmaculada Concepción. Ella acude a este lugar desde la colonia Álamos. “El padre es muy cariñoso, tiene mucha devoción que cada quien debe tener en su profesión”, afirma.

Por su parte, Elia Fernández viene desde Tlatelolco para ser parte de la celebración: “Me gusta mucho la Misa Tridentina, por lo regular vengo aquí, hay mucha más devoción”, comenta.

Cuando la misa se daba en latín y de espaldas
Cuando la misa se daba en latín y de espaldas

En el Manual de Carreño se explica en el capítulo cuarto de la Segunda Sección las reglas a seguir en misa: los hombres debían quitarse el sombrero al ingresar al templo, en tanto que las mujeres debían permanecer de rodillas durante la misa. Capilla de la Inmaculada Concepción, noviembre 2018.

Según el padre Salvador, Dios no mandó que la misa fuera ni en Latín ni en Español, es el pueblo de Dios quien lleva y genera los cambios. Considera que la misa tiene el compromiso de “amar y respetar a tus hermanos en la vida, no solamente cuando se celebra, debe salir y transmitir amor, justicia, paz y no palabras”.

La celebración se adapta a la cultura y los valores del lugar; lo importante es el encuentro con Dios y con los hermanos, así lo mencionó el sacerdote Barro, el compromiso es la vida. Por lo que…

Las fotografía principal es una vista general de la capilla de la Inamaculada Concepción, sobre la avenida Izazaga, en 1989. Foto de El Universal. La comparativa antigua, muestra la misma calle pero hacia el oriente en los años 60. Ésta pertenece a la colección Villasana-Torres.

ITE MISSA EST
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FUENTES

Hemeroteca El Universal

Entrevistas: Kenneth Fryar, rector de la Capilla de Nuestra señora de la Inmaculada Concepción; Salvador Barro Maldonado, director de la Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México; Leonardo Rioja, secretario auxiliar en el Secretariado Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México.

Manual de Carreño: urbanidad y buenos modales de Manuel Antonio Carreño

https://bit.ly/2UXcz0N

https://fsspmexico.mx/

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