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Villa de Allende, Méx.— Sobre la carretera Bosque-Ixtla, que conecta Villa de Allende con Valle de Bravo, hombres y niños del poblado Loma de Juárez destinan hasta seis horas del sábado y domingo para pescar mojarras, carpas y tilapias que llegan a un pequeño río formado con agua proveniente de la presa de Villa Victoria, una de las que alimentan el Sistema Cutzamala.

“Es curioso porque no tenemos agua potable, toda se la lleva el Cutzamala para la Ciudad de México, pero lo que sí nos deja este sistema de bombeo es la presencia de peces que sirven para alimentarnos, porque nosotros no los revendemos, los llevamos a la casa para consumo de la familia”, comentó Abraham Fabián Segundino, uno de los pobladores del lugar que se dedica a la pesca.

Desde 2013, en la presa de Villa Victoria, una de las cinco que abastece el Sistema Cutzamala, fueron sembrados alevines de diferentes especies para incentivar la producción que favorezca a los pescadores de San Roque, Loma del Molino, San Marcos, Barrio del Cerrillo, Barrio La Providencia, Casas Coloradas, Ejido de Las Peña, Las Peñas, La Presa y otras pertenecientes a la Asociación de Avicultores y Pescadores del municipio de Villa Victoria.

Sin embargo, las personas que acuden para pescar no son parte de esas agrupaciones.

Se trata de gente que desde las primeras horas del día se prepara con mosquitos y gusanos para usar como carnada, cubetas o hieleras, en las que guardan sus presas, para que junto con sus hijos, destinen la mitad del día esperando llevar comida para su hogar.

“A veces nos llevamos un kilo o dos, no es mucho, porque lo hacemos para consumo personal. No es un negocio ni las vamos a vender a la plaza, es una distracción y una forma de comer pescado de buen sabor y tamaño, al que le dedicamos tiempo para poderlo llevar a la casa, donde los preparan las mujeres”, dijo Abraham.

No temen a contaminación. El agua de la cuenca está limpia, sólo en algunas ocasiones llega un poco sucia, con tierra, dependiendo de las condiciones de la presa, indicaron los pescadores.

Pero la bombea el mismo sistema que lleva el recurso a la capital del país y los municipios mexiquenses del Valle de México, mismo que al que no tienen acceso las comunidades aledañas de Villa de Allende y Villa Victoria.

En esta región, comentan los habitantes, la mayoría de los asentamientos carece de agua potable y otros servicios; en muchas ocasiones deben caminar varios kilómetros para obtener algo de líquido y lavar su ropa, por ejemplo.

Sin embargo, comentó Segundino, los vecinos pueden acceder a esta opción alimenticia que les permite comer sábado y domingo, o dos días entre semana, pero es una actividad a la que sólo se dedican los hombres, no hay mujeres en la pesca.

“Llegamos, nos disponemos a esperar sentados por horas, a veces estamos de pie pacientes hasta que pique y mientras platicamos, nos ponemos al día de lo que pasa en nuestra comunidad o simplemente venimos con los hijos o los nietos. Es una actividad que hemos heredado en las familias, pues es como una costumbre, más que una tarea obligatoria”, consideró Abraham.

En este punto de la carretera es muy frecuente el tránsito vehicular, sobre todo de camiones turísticos, pues la vía federal conduce hacia Valle de Bravo, pero según los pescadores, ni el ruido de automóviles espanta a los peces, porque “están muy acostumbrados al movimiento”, lo que prolonga casi medio día la pesca.

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